Plan Bohan, base del “modelo” de desarrollo cruceño

 

El Plan Bohan, desarrollado en 1943, sugirió la implementación de diferentes medidas en procura del desarrollo de Santa Cruz, entre los cuales se estableció: la construcción de la carretera Santa Cruz – Cochabamba, para conformar el eje central del país juntamente con La Paz, diversificación económica, inversiones en la industria petrolera, y el apoyo a la producción agropecuaria y la instalación de estaciones experimentales de agricultura y ganadería para garantizar la producción alimentaria nacional. Estas directrices debían ser acompañadas por acciones concretas como el tema de las inversiones, créditos, fomento al modelo de sustitución de importaciones con producción nacional de ganado, arroz, azúcar y algodón, y un conjunto de políticas que debían generar externalidades y sinergias positivas de la “Marcha al Oriente”.



El contexto marcaba tiempos de la segunda guerra mundial y se avizoraba la etapa de postguerra. Bolivia había dirigido su apoyo a los “aliados”, llegando a prescindir de las exportaciones de estaño hacia Alemania, mineral considerado como producto de uso estratégico en la industria armamentista y metalmecánica, recibiendo como retribución por este alineamiento, asistencia técnica y recursos financieros por parte del país del norte para implementar el citado Plan, encaminándose de esta manera una alianza estratégica entre ambos países a largo plazo.

Bajo este lineamiento, durante más de medio siglo, Santa Cruz se convirtió en el centro de inversiones nacionales y extranjeras, acudiendo en muchos casos al ahorro externo para el financiamiento de diferentes proyectos. Los gobiernos nacionales, a su turno, priorizaron recursos para esta región, siendo que uno de sus principales ingresos representaba las regalías petroleras. A diferencia de otras regiones de Bolivia, con niveles de desarrollo inferiores en relación al resto de los departamentos, Santa Cruz recibió un trato diferenciado y favorable en cuanto a los ingresos nacionales.

Los resultados de la planificación del estado por medio de la implementación del mencionado Plan, se pueden evidenciar en algunos de los niveles de desarrollo observados en esta región, que en la actualidad presenta un PIB percápita de 3.695 dólares norteamericanos, superior al promedio nacional, concentración de las principales empresas agroindustriales del país y un sector ganadero que proporciona casi el 50% de la carne bovina que produce el país.

Por otra parte, el desarrollo alcanzado por la región cruceña, en el cual también se incorporaron las política de colonización del oriente, con la creación de colonias en la región tanto con habitantes del altiplano como con extranjeros a través de la instalación de distintos grupos como los japoneses y menonitas, representaron un foco de “atracción” para los demás habitantes del país, generando de esta manera un flujo migratorio importante hacia esa región, por lo que se convirtió en un destino atractivo en desmedro de otras regiones que por sus condiciones económicas se convirtieron en regiones “expulsoras”. En 1950, la ciudad de Santa Cruz de la Sierra tenía algo más de 40.000 habitantes, uno de cada diez bolivianos vivía en la región, mientras que en la actualidad es el departamento con mayor población del Estado Plurinacional de Bolivia, contando con 3,3 millones de habitantes, seguido de La Paz con 2,9 millones de personas.

En suma, el modelo de desarrollo cruceño es un referente nacional e internacional que refleja tanto el esfuerzo de una región así como del conjunto del país que apoyó incondicionalmente el progreso de Santa Cruz. Sin embargo, algunas personas y grupos radicales pretenden olvidar el origen del modelo de desarrollo cruceño apropiándose del mismo como si se tratará de un patrimonio personal o regional, cuando en realidad se trató también de un esfuerzo y desprendimiento nacional.

Gustavo Gómez Velásquez es economista.