Rodrigo y Norman: una historia de nueve años de amor y lucha

Se conocieron bailando y forjaron su relación contra toda barrera. Se dieron el “sí” simbólico y recibieron tanto apoyo como ataque. Lo importante es el amor, coinciden.

 

 



Fuente: paginasiete.bo

María Mena M.  / Cochabamba

“Cuando supe que no podíamos casarnos legalmente rompí en llanto”, recuerda Rodrigo Sejas. Y añade que era tan grande su amor por Norman Soria que no se resignaron: “Ya habíamos esperado mucho, nos queríamos casar y como no se pudo legalmente,  decidimos unirnos en una ceremonia celta”. Ese “sí” marcó un nuevo capítulo en su historia de nueve años de  lucha por amor.

Las imágenes de la unión simbólica de Rodrigo y Norman en un salón de eventos de  Cochabamba se hicieron virales en las redes sociales. La celebración, catalogada como la “boda del año”, recibió tantas muestras de apoyo como ataques.

“No nos afecta el odio porque lo importante es el amor”, dice Norman y reafirma que su lucha no ha cesado. “Un papel no va definir nuestra relación,  pero es una forma de sentirnos protegidos por el país, por las leyes y dentro de una sociedad porque tenemos los mismos derechos que cualquier persona”, afirma.

El matrimonio de personas del mismo sexo no está reconocido legalmente en Bolivia. La comunidad Lgbtic pelea desde hace años por una sentencia constitucional que avale estas uniones. Y ya hay precedentes.

La pareja  en un viaje  de los muchos en nueve años juntos.

Nueve años de “amor”

Rodrigo y Norman -de  32 y 25 años,  respectivamente- se conocieron en 2012 en una academia de baile en Cochabamba. El primer flechazo lo sintió Rodrigo y se animó invitar a salir a Norman. Transcurridos unos meses  decidieron ser pareja y desde entonces su relación fue creciendo superando todas las barreras.

“Salimos  durante meses y rápidamente creció el amor.  Entonces, Norman decidió salir del clóset haciendo pública nuestra relación”, relata Rodrigo.

La revelación de Norman fue una sorpresa para su entorno. El joven tenía 18 años cuando publicó en Facebook una foto de él y Rodrigo juntos. “Al principio no lo aceptaban. Sufrió homofobia, pero ahora todo cambió. Su mamá y sus hermanas lo aceptan y lo quieren”, asegura Rodrigo.

Para Rodrigo revelar su orientación sexual fue diferente, sucedió mucho antes de conocer a su pareja. Recuerda que cuando tenía 16 años, su madre le preguntó si era homosexual. “Mi mamá me lo preguntó y yo estaba asustado. Yo le devolví la pregunta y le dije que,  si lo era en qué cambiaba nuestra relación. Ella me respondió que no cambiaba nada, que me aceptaba y me quería. Entonces le dije que sí era gay. Mi mamá se puso a llorar, lloramos juntos”, cuenta.

Luego de tres años de relación , Rodrigo y Norman decidieron vivir juntos y desde entonces tenían planes de formalizar legalmente su unión. Fue entonces que emprendieron una larga batalla.

“Vulneran nuestros derechos”

Norman recalca la seguridad legal que otorga la unión civil a cualquier ciudadano. “Es un derecho”,  por ello buscaron alternativas legales que no encontraron.

“Escuchamos que  se había aprobado una sentencia que reconoce la unión libre de  personas del mismo sexo. Hemos consultado al  Serecí (Servicio de Registro Civil);  queríamos hacer todo de manera 100% legal porque tenemos ese derecho”, recuerda Rodrigo.

En algún momento  el Serecí les dio la alternativa  de que uno cambie el género en su registro, propuesta que fue descartada por irracional. “He hablado con personas del Serecí y me piden que  cambie  mi nombre por uno femenino para que nos casen como hombre y mujer. Me pareció absurdo.  Sencillamente yo soy un hombre y quiero casarme con un hombre”, enfatiza Sejas.

Rodrigo y Norman sienten que sus derechos    son vulnerados,  porque para los miembros  de la comunidad Lgbtic no se cumple la Ley Contra el Racismo y toda forma de Discriminación.

El artículo 2 de esta norma señala: “El Estado promoverá las condiciones necesarias para lograr la igualdad real y efectiva adoptando medidas y políticas de acción afirmativa y/o diferenciada que valoren la diversidad, con el objetivo de lograr equidad y justicia social”.

“No  podemos hacer nuestra unión legal porque se precisa que se apruebe  un sentencia constitucional en Sucre y eso puede llevar años. En realidad sólo hay una pareja del colectivo casada en Bolivia”, apunta Rodrigo.

David Aruquipa y Guido Montaño conforman la primera pareja que logró el reconocimiento legal de su unión ante las leyes bolivianas. Pero para ello debieron superar  infinidad de obstáculos durante años. En julio de 2020,  el Tribunal Supremo Electoral ordenó al Serecí  que registre su unión libre.

Aruquipa aconsejó a  Norman y Rodrigo, como a todas las parejas diversas, a “continuar en su lucha por la legalización de sus uniones”. “Hay que seguir con acciones por los derechos de todos a la  unión civil.  Insto a que más parejas homosexuales salgan y luchen porque es así como nosotros logramos ganar ese juicio y obtuvimos el documento que nos habilita como una pareja civil legal en Bolivia”, recomienda.

La “unión del año”

Tras años de espera y cansados de la negativa del Serecí,  Norman y Rodrigo decidieron unirse ante la sociedad mediante una ceremonia celta. El  28 de agosto, en un salón de eventos de la Llajta, la pareja formalizó su unión frente a aproximadamente 100 invitados.

No hubo  oficial del registro civil. Un amigo dirigió el  ritual en el que Norman y Rodrigo  hicieron sus votos para sellar su unión.

La que parecía ser una ceremonia privada trascendió hasta viralizarse en las redes sociales y ocupar  titulares de medios de comunicación  que la catalogaron como la “boda del año”.

El primer baile  como pareja rompió la celebración en un salón de la Llajta.

Rodrigo y Norman, elegantes en frac, intercambiaron sortijas y tomaron la pista para abrir la celebración, arropados por familiares, amigos y damas de honor. “Fue una ceremonia muy linda”, recuerda Rodrigo y aún se emociona al recordar el largo camino de amor que transitó con su pareja.

“Ya habíamos esperado mucho, nos queríamos casar y como no se pudo legalmente, decidimos unirnos en una ceremonia celta”.

Rodrigo Sejas

“La respuesta para  otras parejas, que son muchas, es que salga de una vez la resolución del TSJ para legalizar la unión civil”.

David Aruquipa

“Un papel no va a definir nuestra relación pero es una forma de sentirnos protegidos por las leyes y dentro de una sociedad”. 

Norman Soria

Rodrigo  junto a las damas de honor de la ceremonia en que  dijo “sí” a Norman.