Ya sé…
— No te caemos.
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Siempre nos mirás mal, por muy buenas personas que podamos ser.
Ya sé…
— Tampoco te gustan nuestras instituciones, ni nuestros símbolos.
Ya sé…
— Siempre asociás la cruz que nos representa, con el despreciable símbolo nazi.
Ya sé…
— Presumís que el Comité Pro Santa Cruz no te representa.
Ya sé…
— Todo lo nuestro te molesta, empezando por nuestro himno y bandera.
¿Y es raro no?
Es raro que nos veas así, porque normalmente, quien llega a esta tierra después no quiere irse; y cuando se queda, sus hijos se convierten en nuestros mejores defensores.
Y es más raro, que a pesar de la incomodidad que te causa el convivir con nosotros tampoco querrás irte.
Ya sé…
Es aquí donde sacás el cuento de “Bolivia es una”
Y el otro:
— “Todo boliviano tiene derecho a vivir donde desee.”
Y ¿sabés qué?
Tenés razón.
Pero…
Te pregunto del modo más amable.
— ¿Por qué te incomoda tanto el cómo somos o vivimos?
— ¿En qué te afecta que siempre estemos alegres, o seamos parte de una región exitosa que aprendió a caminar sola?
Ya sé…
Aquí sacás el cuento:
— “Santa Cruz es lo que es, gracias a los collas”
Y claro…
Empezás a menospreciar el esfuerzo cruceño, con el cuento de que somos flojos.
Pero hay algo más:
Vos como anticruceño activo que sos, te tomás la libertad de ofendernos:
— Hablás mal de nuestras hermosas mujeres, madres e hijas.
— Ofendés nuestras raíces indígenas y europeas.
— Nos llamás oligarca, separatista y racista; diciéndolo con un desprecio que intenta ser disimulado con poco éxito.
Bueno…
También pa’ vos, somos golpistas y vende patria. Somos el despreciable combo completo.
…Y nos lo gritas en nuestra casa, en la tierra de nuestros padres y abuelos.
¿Y sabés que es lo peor?
Siempre sos el primero en oponerse a nuestras reivindicaciones y ya nomás te ponés en el bando enemigo, iniciando una campaña de defenestración a nuestros anhelos, olvidando que la plata con la que dignamente llevas el pan a tu mesa, se genera en la tierra y entre la gente que despreciás sin motivo.
¿Qué te puedo decir?
A ver, intentaré explicarte:
— Los cruceños no somos mejores ni peores que el resto de los bolivianos, solamente somos diferentes.
Pensamos diferente, hablamos diferente y actuamos diferente.
No lo tomes a mal, pero…
Los cruceños somos como somos y la verdad, nos gusta como somos; está claro que no vamos a cambiar solo pa’ darte gusto.
En síntesis.
— Te invito a que leas nuestra historia.
Así podrás saber del abandono nacional que siempre sufrimos.
— Te invito a conocer a nuestros personajes.
Así podrás saber quiénes y de qué modo nos sacaron adelante sin ayuda del Estado.
— Te invito a bailar nuestra chovena, ritmo precolombino que nos refleja.
Así descubrirás que también tenemos ascendencia indígena, aunque no lo andemos pregonando con falsos discursos.
En síntesis.
— Te invito a conocernos y entendernos.
Quién sabe, por ahí te caemos bien.
Finalmente.
— Te invito a ayudarnos para seguir creciendo. Necesitamos de todos, vos incluido.
Pero claro…
Si por alguna razón no quisieras ayudar, al menos, por favor…
¡Dejá de estorbar!
Fuente: El Escribidor