Ucrania: el agua empieza a bajar mientras siguen los combates

Tras la destrucción parcial de la presa de Kajovka, las evacuaciones de civiles siguen su curso a pesar de los ataques rusos contra Jersón y su región. Este viernes 9 de junio, parece que el nivel del agua empieza a bajar.

Con Gulliver Cragg, enviado especial de France 24 y RFI en la región de Jersón, y la AFP

Evacuación de una zona inundada en Jersón, el 8 de junio de 2023.
Evacuación de una zona inundada en Jersón, el 8 de junio de 2023. AFP – GENYA SAVILOV

Fuente: Radio Francia Internacional



Según el gobernador regional, el nivel del agua en Jersón mismo bajó unos 20 centímetros durante la noche. Una bajada que se esperaba desde ayer. El nivel del agua está ahora en unos cinco metros y medio por encima de donde estaba antes de la destrucción de la presa de Kajovka.

Ataques en la región

Pero esto no significa que no deban continuar las operaciones de evacuación de los residentes de las zonas afectadas. Según las autoridades locales, siguen en peligro, y la recomendación es abandonar las zonas donde se encuentran. «Para cientos de miles de personas en muchas ciudades y pueblos, el acceso al agua potable está gravemente obstaculizado», lamentó el presidente Volodimir Zelenski en Telegram este viernes, tras haber viajado a la zona.

Las evacuaciones tuvieron que interrumpirse el jueves debido a ataques. Según las cifras oficiales sobre el número de ataques contra la región de Jersón, hubo 44 con un total de 188 cohetes, incluidos los sistemas de lanzacohetes múltiples Grad. En la propia ciudad de Jersón cayeron 25 cohetes, matando a dos personas e hiriendo a 17. Un balance que hubiera podido ser peor. Entre los heridos se encuentran voluntarios y trabajadores humanitarios.

Al menos cinco personas han muerto y 13 están desaparecidas debido a las inundaciones, indicó este viernes el ministro ucraniano del Interior, Igor Klymenko. Un total de 48 localidades están inundadas, 14 de ellas en zonas bajo ocupación rusa, y 2.412 personas han sido evacuadas, dijo en Telegram.

Según un responsable de la ocupación rusa, ocho personas fallecieron en las zonas bajo control ruso. «Un total de 22.273 casas de 17 localidades están inundadas. Según las previsiones, la crecida de las aguas puede durar otros 10 días», declaró en Telegram Vladimir Saldo, jefe de la parte ocupada de la región de Jersón, quien añadió que el número de muertos por las inundaciones «ha aumentado a ocho».

El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, declaró el viernes que todo pareciera indicar que Rusia está detrás de la destrucción de la presa de Kajovka, cuya responsabilidad niegan Moscú y Kiev. «La presa no ha sido bombardeada, sino destruida con explosivos instalados dentro de la cámara donde están las turbinas, y eso está bajo control ruso. Todo parece indicar que si ha sido donde Rusia tiene control, difícilmente pude haber sido alguien más. En todo caso las consecuencias para Ucrania son terribles», ha declarado en la televisión española.

La central fuera de peligro de momento

La demolición de la presa también hizo temer las consecuencias para la central nuclear de Zaporiyia, aguas arriba del río Dniéper. Este jueves, el Organismo Internacional de la Energía Atómica aseguró, sin embargo, que seguía habiendo agua suficiente para refrigerar los reactores.

Tras un examen, resultó que las operaciones de bombeo deberían «poder continuar incluso si el nivel desciende por debajo del umbral actual de 12,7 metros», anteriormente considerado crítico, explicó el organismo de la ONU en un comunicado, que fija ahora el límite en «11 metros o incluso menos». «En estas difíciles circunstancias, esto nos da un poco más de tiempo antes de cambiar posiblemente a otras fuentes de suministro», subrayó el jefe de la AIEA, Rafael Grossi, que tiene previsto visitar el lugar la semana que viene.

Cuando la presa ya no pueda utilizarse, la central podrá recurrir a «una gran cuenca de retención situada en las proximidades, así como a reservas más pequeñas y pozos in situ que pueden suministrar agua de refrigeración durante varios meses». El combustible de los núcleos de los reactores y de las piscinas de almacenamiento debe refrigerarse constantemente para evitar un accidente de fusión y emisiones radiactivas al medio ambiente.

¿La contraofensiva en marcha?

El viernes se libraron «combates activos» en la región de Zaporiyia, según un oficial ruso de ocupación. «En estos momentos se han reanudado los combates activos en la región entre Orejovo y Tokmak», en la actual línea del frente entre las fuerzas rusas y ucranianas, dijo Vladimir Rogov en Telegram.

Según Alexander Sladkov, corresponsal de la televisión pública rusa, que mantiene un canal de Telegram seguido por más de un millón de personas, las «artillerías» rusa y ucraniana están trabajando, con las tropas de Kiev a la ofensiva. «Están en marcha largos y duros combates», escribió por la mañana, afirmando que «la línea del frente es estable». «El enemigo está haciendo esfuerzos increíbles. En vano. Los nuestros resisten», afirmó.

El día anterior, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, había declarado que sus hombres habían repelido una ofensiva ucraniana en la región de Zaporizhia el miércoles por la noche. Y según Dmitri Rogozine, alto funcionario ruso, el ejército de Moscú «repelió el primer ataque». En cuanto a Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo paramilitar ruso Wagner, dijo ver en las últimas «acciones ofensivas» «el inicio de una contraofensiva» que el ejército ucraniano lleva meses anunciando.

Este viernes, tres personas resultaron heridas al estrellarse un dron contra un edificio residencial en la ciudad de Vorónezh, situada a unos 200 km de la frontera con Ucrania en el sur de Rusia, según han informado las autoridades locales, mientras que el Kremlin ha responsabilizado del ataque a las fuerzas de Kiev.