Dólares, oro y reservas: las preocupaciones bolivianas

Horst Grebe: Se refirió también a las políticas monetarias que sigue el Banco Central Europeo (BCE). Precisó que los tipos elevados inciden el costo del endeudamiento de las naciones y a la disponibilidad de divisas.



 

Fuente: La Razón

ENTREVISTA

La decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), de mantener sus tasas de interés referenciales en su nivel máximo en 23 años, ha generado un debate alrededor del mundo sobre las perspectivas de la economía global y afecta directamente a las economías emergentes. El encarecimiento de la moneda norteamericana impacta en el costo del endeudamiento y la liquidez en divisas. Además, el Banco Central de Bolivia (BCB) ha presentado su reporte a abril de la situación de las Reservas Internacionales Netas (RIN) del país, que muestran una disminución en los últimos años.

Conversamos sobre estos temas con el destacado economista boliviano Horst Grebe. El profesional y académico prescribe un sinceramiento de la situación económica y una comunicación más clara por parte del Gobierno para afrontar un momento con turbulencias e incertidumbres.

—¿Cuál es su criterio sobre la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos por mantener sus tasas de interés en su máximo de los últimos 23 años?

 —Como es notorio, hay una evaluación muy desigual por parte de los diferentes analistas sobre las condiciones macroeconómicas en Estados Unidos, en particular de la situación de las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed). Y así como hay observadores que han venido pronosticando que ya se acerca la recesión, que va a ser una estanflación, con caída de la dinámica económica de aumento de la inflación; hay otros que dicen que esto fue pesimista y que no ha ocurrido. Y en el medio están otros que dicen que no ha ocurrido, efectivamente, todavía. Entonces, hay una pelea sobre las cifras en Estados Unidos, lo cual es lamentable que ocurra porque se trata de un país con estadísticas de muy buena calidad, pero con una polarización muy fuerte en torno a la política. De tal manera que, lo que piensan los demócratas por un lado y los republicanos por el otro, es altamente diferente. Creo que Estados Unidos tuvo un 2023 que ha sido mucho mejor de lo que se esperaba y eso ha hecho abrigar las expectativas de que bajarían las tasas de interés pronto. Sin embargo, como los componentes de la tasa de inflación han mostrado que hay una inflación subyacente que no cae, es aquella que corresponde a todos los productos, excluyendo alimentos e hidrocarburos, entonces han decidido que mientras eso no se reduzca por debajo de 2%, no habrá modificación de los tipos de interés. Eso quiere decir que el sistema económico estadounidense seguirá siendo un destino atractivo para la inversión de capitales a los extranjeros. De esta manera, el dólar se fortalece porque hay una demanda grande y los Estados Unidos sigue siendo una economía que de alguna manera es influyente sobre el resto del mundo.

—Hasta ahora, en el presente ciclo, el Banco Central Europeo (BCE) movió sus tasas al alza siguiendo los movimientos de la Fed. ¿Seguirá siendo así esto?

—Las condiciones económicas en Estados Unidos y en la Unión Europea son muy diferentes, porque Estados Unidos no ha resentido mayormente nada en lo que ha significado el cambio en el comercio exterior fruto de la guerra. Alemania ha sido el país más afectado por la situación en Ucrania, ya dos años, puesto que se le han movido drásticamente sus factores de estabilidad. Ha perdido las importaciones del gas ruso, que eran la base de su dinamismo económico, compras muy convenientes, y ahora tiene que abastecerse de energía de diferentes procedencias y a precios más caros. Esto ha afectado a la competitividad de su industria y, por lo tanto, Alemania está al borde de la recesión. Se está salvando un mes tras otro, pero está a la cola en el desempeño de los principales países de la Unión Europea. Consecuentemente, no son comparables las condiciones económicas y políticas en Estados Unidos y en Europa, principalmente Alemania.

—¿Cómo afectan las elevadas tasas de interés a los países en desarrollo, como los que están mayormente en Sudamérica?

—El costo del endeudamiento es el rubro más grande que se está viendo afectado con las tasas altas de interés. Y además del costo del endeudamiento, para todos los que utilizan el dólar para sus transacciones financieras, hay el efecto del riesgo país. En América del Sur hay una serie de países que tienen un riesgo país muy alto, con lo cual sus tasas de adquisición de deuda son muy elevadas. Esto nos afecta a nosotros, particularmente. Por esta razón, no estamos pudiendo colocar bonos para adquirir recursos de inversión en el exterior y estamos dependiendo de los bancos multilaterales, que obviamente no se rigen por las tasas de interés del mercado. Es una restricción que no es menor. También con los organismos multilaterales de financiamiento hay requisitos que cumplir. No todos aplican el mismo criterio y por lo tanto tienen sus políticas para la clasificación de los diferentes deudores. Y ahí a algunos países no les va muy bien. Y a eso le añadimos, en el caso de Bolivia, que no se aprueban los créditos por razones políticas en la Asamblea Legislativa Plurinacional, entonces la situación de la deuda y del endeudamiento futuro no es muy promisoria.

—¿Cómo afecta esto la liquidez en dólares en las economías en desarrollo?

—Bueno, yo creo que ahí el problema es que la situación de liquidez depende de la moneda y la política monetaria que sigan los diferentes países de América del Sur. No olvidemos que hay varios países que tienen la moneda, en la circulación normal, en dólares. Es el caso del Ecuador, el caso del Panamá, el caso de Salvador. Hay otros países que tienen una situación de metas inflacionarias, con lo cual sus bancos centrales hacen una política monetaria muy activa. Hay otros países que no tienen tantas herramientas para el manejo de la liquidez, la creación de dinero, la estabilización del dinero. Entonces, es un asunto bastante idiosincrático, que depende de las condiciones de las políticas macroeconómicas, como las monetarias y las políticas fiscales.

—¿Cuál es su perspectiva sobre el informe del Banco Central de Bolivia (BCB) respecto a las Reservas Internacionales Netas (RIN) que se conoció el jueves?

—He visto las cifras que han presentado, su justificación. Me parece que, como siempre, es una información que es el mínimo necesario para presentar algo que no sea demasiado preocupante para los lectores y los usuarios de las cifras. No se puede tener una idea de la situación real de las Reservas Internacionales si solamente se toma en cuenta la evolución del saldo de las mismas. Según la primera gráfica del informe, en abril de este año las RIN están en $us 1.796 millones. A continuación, la siguiente gráfica muestra las compras de oro que habrían llegado a un total, desde agosto del año pasado, a 8,65 toneladas de este metal. Pero después ya no nos dan las proporciones en las cuales las RIN del país están distribuidas entre divisas y oro. Esto ha sido algo que ha existido en el pasado y ha generado varias preocupaciones que se han manifestado, porque las divisas reales, las disponibilidades reales de divisas, ha bajado bastante en el curso de los últimos dos años. Probablemente los problemas que hemos tenido desde 2023 han sido complicados y por eso que no se ha contado con la información detallada por parte del BCB. ¿Y en qué influye esto? Yo empezaría por la tasa de crecimiento del producto, por la situación de la balanza comercial, que en el comparativo enero-febrero, ya desde el año pasado, ha estado en déficit creciente. En 2023, de enerofebrero, teníamos un déficit de $us 89 millones en el balance comercial, que se ha convertido en un déficit de $us 245 millones en enero-febrero de 2024. Esto se debe básicamente a los enormes déficits comerciales que tenemos en hidrocarburos. En 2022 han sido $us 52 millones y en 2023 subió a $us 859 el déficit comercial en hidrocarburos. Esta es la explicación principal de nuestra situación con las RIN. Otro asunto, que hay que decir, es ver para cuantos meses de importaciones alcanzan las reservas. De acuerdo con lo que vemos en la tendencia, del año 2014 a 2024, más o menos el promedio mensual de importaciones está en alrededor de $us 450 millones aproximadamente. Con el nivel actual en las RIN, si necesitamos $us 850 millones por mes, quiere decir que tenemos para dos meses, dos meses y medio de importaciones.

FOTOS: MIGUEL CARRASCO Y AFP
FOTOS: MIGUEL CARRASCO Y AFP

 

—¿Cómo ve los desafíos hacia adelante?

—Bueno, el principal desafío es que ocurra un sinceramiento de las interpretaciones. Hasta un poco tiempo atrás, había una negación de parte del oficialismo sobre la existencia de una crisis. No han dicho que hay crisis, pero han dicho que no hay plata y que no se pueden atender todos los compromisos que van surgiendo; que, por lo tanto, la situación ha cambiado con respecto al pasado. Esas frases, que son siempre críticas, muestran que también en el gobierno hay preocupación en el sentido de que las cosas no están como ellos desearían y que hay necesidad de adoptar medidas para acomodarse a los próximos 18 a 24 meses. La tendencia es que tenemos huecos en diversos lados, que hay que rellenar, expectativas que cumplir, compromisos que adelantar. Esto se traduce también en las calificaciones de riesgo, que han bajado con las tres calificadoras. El gobierno se pone a pelear con ellas, diciendo que no entienden la situación, que no comprenden el esfuerzo que está haciendo Bolivia, que Bolivia nunca ha dejado de pagar su deuda externa, etcétera, etcétera; pero sin dar cuenta de que estos organismos aplican un mismo método para todos los países. Ellas califican a cientos de Estados y no pueden hacer para cada uno una evaluación con parámetros diferentes al resto. Creo que la comunicación que comparte el gobierno no es buena y mientras eso no se sincere y sea verosímil para la población, vamos a seguir teniendo el mercado paralelo, con expectativas de inflación en aumento, porque los mercados no dicen los precios oficiales. Hay muchos mercados donde ya se han notado subidas importantes. La situación hacia adelante no es fácil, requiere un manejo mucho más prolijo y un sinceramiento de la comunicación para explicar a los agentes económicos cuál es la estrategia del Gobierno.

Perfil

Nombre: Horst Grebe Profesión: Economista Cargo: Presidente de Prismabol 4.0

Trayectoria  Economista con maestría y doctorado en Economía en la Universidad Bruno Leuschner de la República Democrática Alemana.Fue coordinador académico de la FLACSO-Bolivia.Actualmente, es presidente del Instituto Prisma y de Prismabol 4.0.

Horst Grebe: El economista habló sobre la situación de la economía global y los vientos adversos que enfrentan las economías emergentes. Abordó la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos por mantener sus tasas de interés en su máximo de los últimos 23 años. Se refirió también a las políticas monetarias que sigue el Banco Central Europeo (BCE). Precisó que los tipos elevados inciden el costo del endeudamiento de las naciones y a la disponibilidad de divisas. Compartió su perspectiva sobre el informe del Banco Central de Bolivia (BCB) respecto al estado de las Reservas Internacionales Netas (RIN) del país. Finalmente, subrayó los principales desafíos económicos que se avecinan para el Gobierno y lo que ve proyectado en un futuro próximo.

Fuente: La Razón