Bolivia afronta una escasez de divisas estadounidenses desde febrero de 2023 debido a varios factores como el surgimiento de un mercado paralelo, la caída de sus reservas internacionales y un gasto fiscal excesivo. No obstante, el Gobierno asegura que los bancos tienen más dólares que antes.
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Fuente: eju.tv
Por Juan Carlos Véliz / La Paz
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Las escasez de dólares en Bolivia tiene su trasfondo en la falta de confianza de la gente en las soluciones que está planteando el Gobierno a la crisis de las divisas extranjeras porque no logra cerrar la incertidumbre que el mismo genera con posiciones contradictorias, evaluó el economista Jaime Dunn.
«Antes el promedio de dólares físicos que tenían los bancos todos los meses era alrededor de 300 millones de dólares, promedio más o menos hasta 2021, hoy en día tienen entre 350 y 400 millones y es verdad que tienen más dólares, pero hoy la economía ya no es igual que en 2020 o 2019, en 2019-2020 había total confianza en que los dólares se iban a devolver cuando se necesite, no había un tipo de cambio paralelo», afirmó en una entrevista con eju.tv.
Bolivia afronta una escasez de divisas estadounidenses desde febrero de 2023 debido a varios factores como el surgimiento de un mercado paralelo, la caída de sus reservas internacionales y un gasto fiscal excesivo. No obstante, el Gobierno asegura que los bancos tienen más dólares que antes.
«El Gobierno dice no, pero les estamos dando más dólares que antes. Sí, pero ahora enfrentas a una población que ya no confía en el boliviano, ya no confía en los bancos cuando se trata de dólares, ya no confía en el Gobierno, ya no confía en las soluciones del Gobierno porque el Gobierno primero dijo que los dólares no eran importantes. El Presidente dijo para qué quieren dólares, no son buenos, después dijo que mejor que los dólares son los yuanes y prometió que iba a haber yuanes cuando me de la gana, entonces todos esos factores han hecho de que ya no haya confianza y la gente naturalmente busca proteger su patrimonio, por eso tienes en este momento a la gente tratando de dolarizar su patrimonio como sea, si tiene algo en bolivianos inmediatamente compra dólares», evaluó.
La «guerra» por el dólar
Dunn observó que el Gobierno asumió varias posturas contradictorias que en lugar de dar certidumbre a la población generan más preocupación y desconfianza. Por un lado asegura que los dólares no son importantes, pero por otro lado está desesperado por conseguir esa moneda.
«Hacia afuera dice no pasa nada pero todas las acciones que está tomando el Gobierno como la búsqueda intensa de dólares a nivel internacional porque también necesita dólares pero el Gobierno está desesperado. En realidad hay una guerra por los dólares, es la madre de las batallas, el sector privado, el Estado y el sector público», afirmó.
El Gobierno abrió varios frentes para explicar la crisis como el contexto internacional por la guerra entre Rusia y Ucrania, el sabotaje político en la aprobación de créditos en la Asamblea Legislativa, el supuesto desvío de divisas por parte de los exportadores y recientemente sancionó a entidades financieras por especulación en la venta de dólares.
Sin embargo, ninguna de las medidas adoptadas hasta ahora han logrado revertir la escasez de dólar y el tipo de cambio paralelo que depreció la moneda boliviana. Actualmente en el mercado informal, el dólar oscila entre 8.5 y 9 bolivianos cuando la cotización oficial es de 6,96 bolivianos.
Para Dunn, el problema de la escasez de divisas tiene su origen en el gasto fiscal excesivo que debería ser revertido por el Gobierno pero está convencido de que no lo hará porque sería reconocer que su modelo económico implementado desde 2006 fracasó.
«El Gobierno se está consumiendo los dólares, las reservas, está gastando mucho, entonces hasta que no termine de gastar no habrá solución permanente, es como si se hubiera abierto el tapón de la piscina y se está vaciando y están tratando de llenar con baldecitos de agua», comentó.
La crisis por el dólar recientemente pasó a las calles, transportistas, importadores y gremialistas quieren arrancar dólares al Gobierno para sus actividades con marchas y bloqueos.