Luis Espinal: A 45 años del asesinato, su legado como defensor de derechos humanos sigue vivo


Este sábado, un grupo de miembros de la organización cristiana católica Café Semilla Juvenil de La Paz visitó la tumba de Espinal en el cementerio general.

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Huelga de hambre en 1977. Luis Espinal (segundo desde la derecha). Foto: Alfonso Gumucio

Fuente: ANF 

A 45 años de su asesinato, el legado del jesuita Luis Espinal fue objeto de homenajes que recordaron su contribución a la defensa de los derechos humanos, su conducción valiente del semanario Aquí, y su actividad como poeta, cineasta y crítico de cine.



Nacido en España en 1932, llegó a Bolivia en 1968 y dos años después se nacionalizó boliviano.

Espinal fue secuestrado, torturado y asesinado el 21 de marzo del 1980 en un operativo planificado por militares y paramilitares argentinos y bolivianos en el marco de Plan Cóndor, según las investigaciones históricas del caso.

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Espinal, junto a otros sacerdotes, se enfrentó a la dictadura de Hugo Banzer (1971-1978) y denunció la corrupción de ese régimen, a la vez que advirtió el clima totalitario que finalmente derivó en el golpe de Luis García Meza el 17 de julio de 1980.

El presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz, Hernando Calla, destacó que Espinal y personalidades como el jesuita Xabier Albó (1934-2023) fueron claves en el inicio y la formalización de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia en 1976.

Calla recordó que Espinal respaldó en 1977 la huelga de hambre de las mujeres mineras contra el régimen de Banzer y hacía aportes “políticamente muy lúcidos” y defendía que “la política era el arte de lo posible”.

Calla, que participó en el grupo de huelguistas de hambre de ese movimiento, resaltó la valentía y la solidaridad moral y material que caracterizaba a Espinal con la causa de los derechos humanos, pese a que era objeto de amenazas, incluso provenientes de parte del narcotráfico.

Después de la huelga exitosa, Espinal dirigió el histórico semanario Aquí, que denunciaba la corrupción y el autoritarismo y centraba su trabajo en los intereses de los sectores populares.

El abogado especialista en derechos humanos, Franco Albarracín, sostuvo que la figura de Espinal “es inspiradora y emblemática para la defensa de los derechos humanos en Bolivia, que incentiva tanto a los luchadores históricos y a las víctimas de las dictaduras, como a los jóvenes que recién comienzan en esta área”.

El jurista, que trabaja para el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), también destacó que Espinal contribuyó institucionalmente y de forma decisiva al movimiento de los derechos humanos, pero sus ideas también son importantes en la literatura jurídica del tema.

Este sábado, un grupo de miembros de la organización cristiana católica Café Semilla Juvenil de La Paz visitó la tumba de Espinal en el cementerio general y luego realizó una romería al lugar de la zona de Achachicala, donde fue encontrado el cuerpo torturado de Espinal el 22 de marzo, causando una gran conmoción social.

Al entierro de Espinal asistieron alrededor de 80.000 personas, según las crónicas de la época.

Este viernes pasado, la alcaldía de La Paz organizó un homenaje en su honor con la participación de la actual presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, Amparo Carvajal.

La Cinemateca Boliviana también celebró el Día del Cine Boliviano, que fue instituido para el 21 de marzo precisamente para recordar la pasión de Espinal por el cine y conmemorar su lucha por la democracia.

Filmación de la película Chuquiago dirigida por Antonio Eguino y como ayudante de dirección Paolo Agazzi, en la que colaboró Espinal, Foto: Danielle Caillet.


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