Este 23 de marzo, Bolivia conmemora un nuevo aniversario de la pérdida del Litoral, en un contexto donde el déficit comercial con Chile se profundizó los últimos años, ya que desde ese país se importan 1.300 productos y Bolivia exporta, ese mercado, sólo 300.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística (Ine), procesadas por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce), revelan que la balanza comercial (exportaciones vs importaciones) con Chile históricamente ha sido negativa. En 2022 el déficit alcanzó un valor de 823 millones de dólares y, en 2023, otros 844 millones de dólares. El año pasado esto bajó a 473 millones de dólares por menores importaciones y, en enero de este año, llegó a 24 millones de dólares.
En 2023 Bolivia exportó 172 millones de dólares e importó 1.016 millones de Chile y, en 2024, se vendió 131 millones de dólares y se compró 604. En enero de este año las importaciones ya sumaban 29 millones de dólares y las exportaciones, seis millones de dólares.
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¿Qué productos se exporta e importa?
Con base a datos del INE, María Esther Peña Cuéllar, subgerente general IBCE, indicó a Visión 360 que, en la gestión 2024, las ventas externas de Bolivia dirigidas a Chile concentraron un 56% de torta de soya, aceite refinado de soya, minerales de cobre, azúcar y cartón corrugado.
Por su parte, Bolivia importó desde Chile, diésel, nitrato de amonio, medicamentos, manzanas y gasolina por más de 483 millones de dólares. También se compra palmitos de ese país.
“A pesar de ser un país vecino y de tener preferencia arancelaria para nuestras ventas externas a Chile, la balanza comercial bilateral continúa siendo deficitaria para Bolivia. Por ende, las oportunidades son bastantes escasas, lo cual, en muchos aspectos, no es un problema netamente de los chilenos, sino de lo que Bolivia pueda hacer por sí misma para vender más”, puntualizó.
Para lograr un mayor crecimiento de las exportaciones nacionales —no solo a Chile sino al mundo— es imprescindible, de acuerdo con Peña, que en el país exista estabilidad política, social y económica.
Aunque también es deseable contar con inteligentes políticas públicas para una mejor complementación económica y comercial bilateral.
Preferencias arancelarias
A partir del Décimo Protocolo Adicional al (Acuerdo de Complementación Económica (ACE 22), Chile concedió preferencias arancelarias del 100%, para todo el universo arancelario, es decir, todo lo que Bolivia pueda exportar con excepción de productos como trigo, harina de trigo y azúcares.
Sin embargo, Peña indicó que las restricciones o medidas no arancelarias son muy dificultosas para ingresar muchas veces al mercado chileno, a ello se suma la falta de competitividad e industrialización de los productos nacionales que dificultan un mayor aprovechamiento del mercado chileno.
“A saber, Chile importa alrededor de 80.000 millones de dólares al año, sin embargo, Bolivia desaprovecha enormemente ese mercado cercano. Solo para tener una idea, nuestro país vende unos 300 productos a Chile, pero de ese país importamos casi 1.300 productos”, resaltó la sub gerente general del IBCE.
Puertos chilenos
Peña indicó que los puertos chilenos de Arica e Iquique, de manera conjunta, ocupan un lugar muy importante para el transporte de carga boliviana, por donde se exportan los minerales hacia mercados del Asia y Europa.
Explicó que el contar con una diversificación de carga con mayores puertos de salida al mar con todas las condiciones de infraestructura para carga, descarga y almacenamiento de bienes es muy importante, dado que abarata costos y vuelve a los productos bolivianos competitivos en mercados externos.
Añadió que en el caso de Bolivia en su condición de mediterraneidad, el acceso a los puertos marítimos de nuestros países vecinos, incide en el costo de venta.
Esto considerando que el exportador debe lidiar no solo con la deficiente infraestructura vial para sacar sus productos del país, sino muchas veces con paros y bloqueos que retrasan el cumplimiento de entrega de los productos en puerto.
Esto afecta de sobremanera el cumplir con los contratos internacionales de venta, con la consiguiente pérdida de mercados que tanto cuesta consolidar, agregó Peña.