El primer ministro de Israel reiteró, además, que para alcanzar un alto el fuego en Gaza el grupo terrorista palestino se debe desarmar y el enclave palestino quedar desmilitarizado.
Fuente: Infobae
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Benjamin Netanyahu reiteró este sábado que Israel sólo aceptará un acuerdo con Hamas que garantice la libertad de todos los rehenes, el desarme del grupo terrorista, la desmilitarización de la Franja de Gaza, y la instauración de un gobierno ajeno a Hamas y a la Autoridad Palestina.
En un comunicado difundido este sábado por su oficina, el primer ministro israelí aclaró que la liberación de todos los rehenes se debe dar de forma simultánea. “Israel aceptará un acuerdo con la condición de que todos los rehenes sean liberados de una vez y de acuerdo con nuestras condiciones para el fin de la guerra”, dice la nota.
Además, el mandatario condicionó cualquier avance a que el grupo islamista se desarme, la Franja de Gaza se desmilitarice y se establezca una administración alternativa. El comunicado del premier subrayó que estas exigencias buscan garantizar la seguridad de Israel y sentar las bases para una convivencia pacífica en la región.
Mientras tanto, las negociaciones para un posible alto el fuego han retomado impulso en El Cairo, donde una delegación de Hamas mantiene conversaciones con mediadores egipcios. Fuentes de seguridad egipcias explicaron a EFE que el objetivo de estos contactos es alcanzar un entendimiento que permita la liberación de los rehenes a cambio de la excarcelación de presos palestinos en Israel, la suspensión de las operaciones militares de Hamas y el despliegue temporal de una fuerza árabe e internacional en Gaza.
Estas conversaciones representan el primer intento de mediación desde la suspensión de las negociaciones indirectas en Qatar el pasado mes de julio, interrumpidas por acusaciones cruzadas entre las partes.
En paralelo a estos esfuerzos diplomáticos, el Ejército israelí anunció el inicio este domingo del protocolo de desplazamiento de los residentes palestinos de la ciudad de Gaza hacia el sur del enclave. El portavoz militar Avichay Adraee detalló que, en cumplimiento de las órdenes políticas y como parte de los preparativos militares, se permitirá la entrada de tiendas de campaña y equipos de refugio para la población desplazada.
Estos suministros, gestionados por Naciones Unidas y organizaciones internacionales, cruzarán por el paso de Kerem Shalom tras ser inspeccionados por las autoridades israelíes.
Las diferencias internas en Israel se han hecho patentes en las últimas jornadas. El jefe del Estado Mayor, general Eyal Zamir, advirtió a Netanyahu sobre el desgaste de las fuerzas armadas y la falta de preparación para una operación de tal magnitud. Durante una ceremonia militar, Zamir subrayó la importancia de la cohesión entre el gobierno y el estamento militar para lograr la victoria en Gaza, afirmando que “la confianza mutua y la plena cooperación son claves para el éxito”.
Mientras tanto, los aliados más radicales del primer ministro consideran insuficiente la operación, al no contemplar la expulsión definitiva de los palestinos ni el control absoluto de la Franja.
Por su parte, familiares de los rehenes israelíes temen que la ofensiva terrestre y la ocupación de la ciudad puedan poner en peligro la vida de sus seres queridos. La convocatoria de una huelga general en Israel, respaldada por decenas de organizaciones y universidades, refleja el creciente rechazo a la estrategia gubernamental.
En las últimas semanas, el gobierno israelí aprobó la extensión de la ofensiva en la Franja de Gaza, ocupando la ciudad de Gaza y la zona costera de Mawasi, lo que ha provocado el desplazamiento de más de un millón de personas.
Mientras la operación militar avanza y las condiciones para un acuerdo permanecen inalterables, Zamir remarcó que el desenlace del conflicto dependerá de que Israel logre consolidar su seguridad y su futuro, dejando en evidencia que el final de la campaña sigue supeditado a los objetivos estratégicos definidos por el liderazgo israelí.