La administración actual se encuentra en una disputa legal por los inmuebles de Caro Quintero y la mafia rumana
Fuente: Infobae
Una mansión en playa con jardín y piscina. Una colección de autos de lujo, chamarras con pluma de avestruz, relojes y joyería. El año pasado se registró la mayor embestida del gobierno federal al crimen organizado, al lograr 60 juicios de extinción de dominio.
Se trata del mayor número de decomisos de las autoridades mexicanas en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en cuya mitad de sexenio se han incautado 75 bienes: tres en 2019; cinco en 2020; 60 el año pasado y en el actual se han registrado siete. Según ha informado el semanario Zeta Tijuana, se trata un número elevado en comparación de los registrados en los gobiernos de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), con 42 y 67 en todo su sexenio.
Estos cateos se encuentran cargo de la Fiscalía General de la República (FGR), quien actualmente tiene en la mira a personajes como el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, a los narcotraficantes, Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, ex líder del cártel de Los Zetas, Rafael Caro Quintero y al miembro de la mafia rumana que opera en México, Miahi Ghiat.
Los bienes incautados están relacionados con la probable comisión de delitos contra la salud en modalidades como narcomenudeo, comercio y cultivo de marihuana, posesión de cocaína, transporte de metanfetamina y producción de fentanilo. También operaciones con recursos de procedencia ilícita en hipótesis de transportar o poseer dinero en efectivo que procede o representa el producto de una actividad criminal, delincuencia organizada, delitos contra la salud, trata de personas, secuestro y, de forma más reciente, delitos en materia de hidrocarburos.
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La fortuna del Narco de Narcos
Durante los años que estuvo preso, Caro Quintero siguió ganando dinero. Fue por medio de una red empresarial legalmente constituida por al menos 30 compañías que estaban al mando de su familia y gente cercana, que el capo no dejó de generar ganancias.
Las empresas abarcaron diversos rubros: desde el inmobiliario, concesionarias de autos nuevos y usados, servicios en casetas telefónicas, restaurantes, moda y calzado y spas, hasta la distribución de combustible y explotación minera.
De manera extraoficial, se sabe que el capo logro acumular una fortuna de 500 millones de dólares. Además, desde 2017 el nombre “Rafael Caro Quintero” es una marca registrada,por lo que se impide que esta denominación sea usada sin su consentimiento para servicios de entretenimiento, actividades deportivas y culturales o producción de programas de radio y televisión, entre otros.
Aparte de la jugosa fortuna el capo mexicano, originario de Sinaloa, tiene al menos ocho inmuebles ubicados en Zapopan, Jalisco. Uno de ellos se ubica en Paseo de los Virreyes número 4283, en el fraccionamiento Wenceslao, en Zapopan, Jalisco. La propiedad está a nombre de Héctor Rafael Caro Elenes (hijo de Caro Quintero), con un usufructo de por vida para Rafael Caro Quintero y Elizabeth Elenes de Caro (hija del narcotraficante). Fue una de las propiedades que pidió EEUU confiscar.
Otra de las propiedades que pidió retirar EEUU al narcotraficante, fue la ubicada en Avenida Melchor Ocampo, Bodega 468, local 21, fraccionamiento Mercado de Abastos Norte, Mercado el Campesino, 59, 21 45140, en Zapopan, a nombre de Héctor Rafael, Roxana Elizabeth, Henoch Emilio y Mario Yibran, todos con los apellidos Caro Elenes (también hijos de Caro Quintero).