Al menos un muerto en los violentos enfrentamientos en el aeropuerto


image Miles de manifestantes intentaron ocupar la terminal para permitir el aterrizaje de Manuel Zelaya

JOAQUIM IBARZ | TEGUCIGALPA (ENVIADO ESPECIAL) | 05/07/2009 | Actualizada a las 23:58h |

Violentos enfrentamientos se produjeron en el aeropuerto de Tegucigalpa cuando miles de partidarios de Manuel Zelaya intentaron ocupar la terminar e invadir la pista de aterrizaje para permitir que el avión del derrocado presidente pudiera aterrizar. La multitud rompió el cordón militar y penetró en la zona sur de la pista de aterrizaje. Los soldados lanzaron gases lacrimógenos e hicieron disparos para dispersar a los airados manifestantes.



El canal venezolano 11 Local informó que se habían producido dos muertos, sin embargo sólo se ha confirmado oficialmente la muerte de una persona. La víctima mortal fue identificada como el joven Isis Obed Murillo, de 19 años, quien recibió una herida de bala en la cabeza y era originario del departamento de Olancho, en el este del país, según fuentes del Hospital Escuela. Varios contusionados fueron evacuados en ambulancias. El Gobierno quitó la señal de CNN que transmitía en directo los enfrentamientos.

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Los enfrentamientos se recrudecieron cuando el avión de Zelaya se aproximaba al espacio aérea hondureño. Durante horas, los soldados tuvieron que lanzar gases lacrimógenos para contener a los airados manifestantes. El Ejército tuvo que enviar refuerzos para que la tropa no fuera desbordada.

"¡Queremos a Mel (Manuel Zelaya)!, ¡Que vuelva Mel!", "Fuera los traidores golpistas", gritaban miles de seguidores del derrocado presidente hondureño. Desde la Universidad Pedagógica, donde se concentraron, se dirigieron al aeropuerto de la capital a recibir a su líder. Pronto toparon con los soldados. Las calles aledañas a la terminal aérea fueron bloqueadas por la policía.

Pese a que los militares montaron un cordón de seguridad, con cientos de soldados, alrededor de la terminal aérea para cerrar el paso, los manifestantes –muchos enarbolando palos en forma amenazante- pudieron llegar hasta las cercanías del aeropuerto; en los techos de los edificios se veían numerosos francotiradores. El vuelo bajo de helicópteros artillados busca intimidar a los participantes en la protesta.

Los manifestantes, que portaban banderas y estandartes de grupos populares, profirieron gritos no publicables al saber que el Gobierno de facto impedía aterrizar el avión de Zelaya. "Son unos cobardes, no se atreven a que Mel se reúna con su pueblo", comentó Luisa Castillo. La decepción se transformó en gritos de alegría al saber que Zelaya había salido desde Washington a Tegucigalpa. "¡Mel, Mel, Mel! ¡Queremos a Mel!", gritaron con más ánimo.

Las canciones y consignas eran animadas con arengas del tipo "¡Pueblo únete!" y "Fuera el gorilón de Micheletti". Aunque se habla de paz y reconciliación, en varias pancartas se veían dibujos de una metralleta AK-47.

Luther Castillo, líder de movimientos sociales, dijo: "Hoy es un día importante, de resistencia contra el golpe, los comités funcionan, vamos a marchar con valentía. Los compañeros no tienen miedo, estamos aquí para recibir a Zelaya".

Varios centenares de campesinos procedentes de Olancho, Choluteca, San Pedro Sula, Cortés y El Progreso tuvieron que sortear numerosos controles militares para llegar a Tegucigalpa. Antonio Perdomo tardó cuatro días en recorrer los 550 kilómetros que separan su tierra natal, Lempira, de Tegucigalpa. El Ejército intenta evitar a toda costa que los partidarios de Zelaya se concentren en la capital para exigir su regreso.

"Venían 80 autobuses y poncharon (desinflaron) las llantas", dice un joven agricultor. Para sortear los retenes de los soldados en las carreteras, los incondicionales de Zelaya mostraban pancartas con frases favorables al presidente de facto Roberto Micheletti. Con este sencillo truco hacían creer a los militares que apoyaban al Gobierno y pasaban sin dificultad. El sábado pudo llegar a Tegucigalpa un numeroso grupo de Olancho, la tierra natal de Zelaya, un rico ganadero e industrial maderero, que se comportó como un cacique populista de derecha hasta que dio un giro radical para convertirse en aliado del presidente venezolano Hugo Chávez. Vecinos de Olancho denunciaron que en esa provincia no se distribuye gasolina para impedir que la gente viaje a la capital.

Los diarios de ayer mostraban fotografías de miles de personas que se manifestaron en Olancho, Santa Rosa de Copán, Siguatepeque, isla de Roatán y Talanga en apoyo a Micheletti. Las marchas que se suceden a diario reflejan la división del país.


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