Partida. Leyenda del rock y poeta urbano, Lou Reed pintó como pocos el lado salvaje de las grandes ciudades
Escribir sobre la vida de un artista que acaba de partir significa un gran desafío, sobre todo cuando se trata de un personaje que representó el génesis de un género musical y de un movimiento cultural. Es el caso de Lou Reed. Y en este en particular, el reto es mayor cuando no se quiere caer en lugares comunes, esos lugares que precisamente fueron los que este neoyorquino, que falleció el domingo, a los 71 años, evitó siempre.
Paradójicamente, fue esa determinación, la de alejarse de la convención para caminar por el lado más oscuro, la que sirvió de molde para crear a imagen y semejanza y de forma paralela, a la persona y al artista, al poeta y al roquero, al hombre urbano y suburbano. A partir de ahí es que resulta casi inevitable referirse a Lou Reed como un personaje que, desde todo punto de vista, fue diferente, innovador, vanguardista y una figura de la cultura alternativa que mostró, como pocos, la crudeza y la melancolía de la vida en las grandes ciudades, dando voz a los marginados.
Luego de haber transitado durante casi 50 años por un camino sinuoso como ícono del underground y del rock independiente, Reed continuó siendo fiel a su espíritu irrefrenable en la búsqueda de nuevas formas al momento de crear. Ya había grabado con el líder de Gorillaz, con Metal Machine Trío, con Metallica y había compuesto música para la obra de teatro Lulú. Llevaba cinco años casado con la artista Laurie Anderson, luego de una relación de más de una década. Siempre renuente con la prensa, mantuvo las distancias que él vio necesarias, pero nunca perdió la capacidad de sorprender con su genio temperamental.
“Desde siempre he tenido muy claro lo que quería hacer. Al principio no toqué blues porque todo el mundo lo hacía y me gustaba escribir sobre las cosas de las que no hablaban los demás. He ido huyendo de todas las modas, esa es la razón del por qué todavía estoy aquí", afirmaba el músico nacido en Brooklyn en 1942 y miembro del Salón de la Fama del Rock and Roll desde 1996.
En los últimos tiempos decía también estar cansado de que se le calificara siempre de personaje oscuro y negro cuando, simplemente, era ‘realista’.
Cuando su impulso creativo le mostró que en la fotografía podía encontrar el reflejo de lo que era como artista, montó la muestra Rimas, imágenes sin ningún retoque que dieron vuelta por salas europeas.
Pero el tiempo también cobró su parte y una enfermedad hepática puso de manifiesto la fragilidad del hombre por sobre el espíritu. “Soy un triunfo de la medicina, la física y la química modernas", escribió en mayo en su web, tras ser sometido a un trasplante de hígado, que finalmente no toleró y acabó con su existencia.
“Era un maestro”, dijo el domingo David Bowie en su página de Facebook. El músico inglés, otro ícono del calibre del estadounidense, fue el productor del emblemático disco Transformer (1972), considerado un referente del glam rock de los años 70 y, para muchos. el mejor disco de Lou Reed.
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Por su parte, Morissey, exlíder del grupo inglés The Smiths, destacó que “su música sobrevivirá a su época”. “Las palabras y la música de Lou Reed me acompañan”, afirmó, a su vez, en Twitter, el compositor francés Etienne Daho.
En el país
La música y discografía de Reed no fue muy difundida en territorio boliviano, pero sí ha habido gente de diversos ámbitos que lo siguieron y lo siguen. Y hoy se suman a este homenaje.
El musicólogo Óscar García considera a Lou Reed como uno de los fundadores del rock y un artista imprescindible para comprender el desarrollo de este género. “Reed fue alguien que siempre estuvo en las márgenes de la poesía y el rock de vanguardia, aportando con miradas nuevas. La poesía es urbana por definición; sin embargo, en el caso de Lou Reed, sus letras saben como nadie evocar personajes que están siempre en el margen de lo legal, de la noche. Reed supo nombrar y describir muy bien al mundo subterráneo de las ciudades europeas y estadounidenses. Su poesía tiene mucho de eso, pero también de entrega y amor”, opinó García.
Para el escritor Sebastián Antezana, Reed no era el tipo más agradable del mundo, pero “indiscutiblemente, era un gran músico”. “Era la quintaesencia del músico neoyorquino de la segunda mitad del siglo XX, un personaje que personificaba, al mismo tiempo, lo grandioso y lo fallido que puede ser un hombre, y lo profundamente innovador y trascendental que puede ser un músico. Desde el primer disco que sacó con The Velvet Underground (¿existe algún mejor nombre de un grupo de música?), Lou Reed fue un parámetro de innovación cultural. Cambió la historia del rock y la música”, expresó Antezana.
El radialista Pato Peters también se detuvo en las letras de Reed, a las que califica como sinceras, directas y fuera de lo común. Asimismo, se refirió a su influencia en lo artístico y musical, que abarca prácticamente la historia del rock de las últimas cuatro décadas.
“Sin él, no hubiera existido el punk, nunca hubiera llegado el grunge y menos aún podríamos estar disfrutando del movimiento del rock indie. Con The Velvet Underground creó las bases para la sicodelia, el punk y el metal y con su música en solitario fue inspiración para el glam, el industrial, el grunge, el gótico y el indie. No es casualidad que tanta gente le rinda tributos estos días y que los nombres más grandes del rock y el pop hagan versiones de sus canciones en homenaje”, afirmó Peters.
Al final, más allá de situarlo en cualquier lugar común, Reed será recordado siempre como un símbolo de la experimentación y el vanguardismo
Discos esenciales
Heroin (the velvet underground)
"Cuando la sangre empieza a brotar, cuando me acerco a la muerte, entonces no podés ayudarme", cuenta en esta pieza, un alegato a favor del consumo de estupefacientes, postura de la que se arrepentiría posteriormente, ya rehabilitado. .
Walk on the wild side
“Se afeitó las piernas y entonces él se convirtió en ella”, dice en esta canción en la que narra en primera persona y de forma irónica diversos encuentros con prostitutas y transexuales
The kids (Berlin)
"Se están llevando a sus niños por las cosas que hizo en las calles, en los callejones y en los bares. Esa despreciable zorra no podía rechazar a nadie". La canción habla de cómo los servicios sociales retiraban a la protagonista la custodia de sus hijos.
Influencias literarias
Philip Marlowe, Delmore Schawrtz, Raymond Chandler, William Burroughs y Hubert Selby fueron sus escritores de cabecera, pero, por encima de todos, estaba Edgar Allan Poe.
LOU REED, EL SOBREVIVIENTE SUICIDA
Claudio Ferrufino-Coqueugniot – Escritor
El crítico Dave Hickey lo llama así, en una suerte de ferviente epitafio. “Sobreviviente suicida”, toda una contradicción, o una filosofía de vida de habitar en el extremo de la muerte, por mano propia, mientras se sabe que se crea, se inventa, funda, recuerda e reinventa la existencia, por mano propia. Dios y el diablo, al mismo tiempo, conjuncionados y fraternos. Así era, y lo será, la música de este artista notable, neoyorquino por antonomasia y rebelde ejemplar.
Con The Velvet Underground -y Nico, la cantante alemana que le puso voz de misterio a las composiciones de Reed y de John Cale-, al lado de Andy Warhol y su legendaria Factory, había la impresión de que fuesen apéndices de un ambicioso proyecto artístico que dirigía el pintor. Nada más errado. Caminaron juntos; quizá usufructuaron la fama de Warhol para hacerse un espacio. Pero la experimentación y la música se deben a ellos, como la historia lo demostró. The Velvet semeja un lunar intimidatorio, individualista en el género del rock. Ajeno a las veleidades del mercado y la fama, su legado es con mucho mayor al de tantos grupos que pulularon en el ‘verano del amor’, en lo efímero y poco sólido del ‘flower power’.
No hallaremos super éxitos en la musicografía de Lou Reed. Creo que Walk on the wild side, su canción de travestistas, adictos y sexo oral, de su primer album solo (Transformer, 1972) llegó a la posición 40. La aparición de New York, disco genial, en 1989, muestra como un artista de culto de fines de los años 60, seguía siéndolo 20 años después. No hablamos de una permanencia por ejemplo como la de los Stones; Lou Reed continuó experimentando.
Su legado musical abarca un espectro tan vasto como el del punk, el rock alternativo, el new wave, la música minimalista y sigue la cuenta.
Pete Townshend, de los Who, decía que el punk le había salvado la vida al rocanrol. En uno de los orígenes de ese imprescindible salvamento está Lou Reed, cuyos gustos musicales se remontan a los conjuntos vocales de doo woop, al negro y seminal R&B, pre-Beatle, valga aclarar, sin ánimo desmitificador
Fuente: www.eldeber.com.bo