En la primera fase se incautaron más de 282 mil litros, un 95% es diésel, es decir, más de 266 mil litros que eran desviados al contrabando.
eju.tv / Video: BTV
Lidia Mamani / La Paz
Desde esta jornada inició la segunda fase del Plan Soberanía, cuyo objetivo es evitar el desvío de combustibles subvencionados en el país, para el cual el Gobierno reforzó el despliegue de los militares de las Fuerzas Armadas y personal de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), principalmente en 11 puntos estratégicos del eje troncal del país.
En la primera fase, vigente desde el 11 de junio hasta el 12 de julio, los uniformados lograron incautar más de 282 mil litros destinados al contrabando de carburantes. Ahora se incrementará la cantidad de uniformados hasta cinco militares en los 11 puntos estratégicos por donde se saca ilegalmente el carburante.
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“Para la puesta en marcha de la segunda fase del Plan Soberanía, se desplegarán más de 5.700 funcionarios más de las FFAA y de la ANH en 11 puntos estratégicos del país para evitar el contrabando de combustibles”, señaló el director de la ANH, Germán Jiménez.
Detalló que en la primera fase se desplazaron 11.200 militares y más de 3.840 funcionarios de la ANH en 120 estaciones de servicio del país, teniendo como resultado entre el 11 de junio al 12 de julio de la presente gestión, más de 282 mil litros de combustible incautado.
De ese volumen, el 95% corresponde a diésel oil, con más de 266.898 litros secuestrados; y 15.289 litros de gasolina especial. Además, de 129 vehículos secuestrados y más de 148 personas aprehendidas.
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“A partir de este viernes 19 de julio se refuerzan los operativos de control e interdicción para evitar el contrabando de combustible en 11 puntos estratégicos del país, en el marco del Plan Soberanía, que tiene como objetivo sentar presencia y generar niveles de control en fronteras, así proteger este recurso, ante el contrabando en zonas limítrofes, previa coordinación con las Fuerzas Armadas y efectivos policiales desplegados”, afirmó Jiménez.
Agregó que la mayoría del carburante, principalmente diésel, que pretendían ser desviados, era para la minería ilegal, en el norte de La Paz.
