“El Banco Mundial también está en proceso de cambio”


Faris Hadad-Zervos, representante del Banco Mundial en Bolivia, afirma que el Banco Mundial cometió muchos errores en el pasado.

image

Juan Carlos Salazar, director de Página Siete; Faris Hadad e Isabel Mercado, subdirectora.



Página Siete/ La Paz

Faris Hadad, representante del Banco Mundial en Bolivia desde hace dos años, afirma que la institución está en un «proceso de cambio como el de Bolivia”, en plena transformación. Es crítico con el pasado de la entidad financiera más influyente del mundo, pero también es enfático al aclarar que «cada día” sus funcionarios trabajan por el bien del país.  Define al Banco Mundial como un socio de Bolivia; y a sí mismo como un «hermano” que ayuda y aconseja, que ve lo bueno, pero también es capaz de advertir sobre lo que no está bien.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Página Siete.- Hace unos días, el presidente Evo Morales hizo una declaración en sentido de que el Gobierno y el Banco Mundial están en una nueva etapa en su relación. Es una declaración que viene luego de varias alusiones negativas. ¿Cómo reciben ustedes este cambio de opinión?

Naturalmente con mucho agrado, es bienvenida esta opinión del Presidente de Bolivia. Pero yo no lo veo como una nueva posición, sino como una aclaración, que es muy apreciada por nuestra parte. Él hacía referencia al Banco del pasado, no al Banco del futuro ni del presente. Hay muchos malentendidos sobre el rol del Banco Mundial y la relación con el Gobierno boliviano en el pasado. Nosotros, desde  2006, hemos tenido una relación con Bolivia que ha ido mejorando cada día. No hemos cerrado nuestras puertas acá ni un solo día y muchas veces, en algunas reuniones, muchas autoridades hacían referencia a ese  Banco Mundial del pasado, y aunque yo no estoy en posición de defender lo que se hizo en el pasado, debo aclarar que el Banco de ahora es otro. Eso no se ha podido entender correctamente, especialmente de parte de la prensa, que ha quedado con la mala  imagen  y por eso no se entiende el rol del presente. Lo que hizo el Presidente es precisamente aclarar eso. ¿Cuál es la evidencia de eso? Pues que estamos acá, que estamos con el Presidente y ésa no fue la primera vez.

Cuando yo llegué a Bolivia hace dos años, el Presidente me dijo: «si estás acá es para trabajar como nuestro socio, bienvenido”.  Y así venimos trabajando, como socios del Gobierno y eso espero que cierre todas las dudas respecto a nuestra relación.

Página Siete.- ¿Y por qué había esa mala percepción sobre la presencia en Bolivia del Banco Mundial?

Soy economista y la economía es un proceso de aprendizaje, de evolución. Honestamente el Banco ha cometido errores, no tenemos por qué ocultarlo: hemos cometido muchos errores. Como institución tenemos un presidente del Banco Mundial que vino a Bolivia después de 23 años, y él ha dicho que el Banco Mundial  está en un proceso de reformas, que hemos cometido errores pero estamos aprendiendo de ellos y reformando el Banco. Es un proceso de cambio como el de Bolivia. Sin embargo, no todo fue error.  El Banco Mundial no es un edificio, es la gente que trabaja en él. Yo en 18 años que soy parte de la institución,  no he visto ni una persona que no haya entrado a ella para otra cosa que no sea ayudar. Ahora somos socios del país y la primera evidencia es lo que dijo el presidente Evo Morales.

Página Siete.- ¿Cuál, entonces, es el rol que juega actualmente el Banco Mundial en Bolivia?

Es un rol de socio. ¿Qué significa eso? Pues que, en primer lugar, tenemos que apreciar que éste es un Gobierno soberano, eso es clave. Eso exige compromiso del Banco Mundial para apoyar cualquier tarea en pos del desarrollo de Bolivia. Eso requiere flexibilidad de nuestra parte. No podemos «cocinar” las cosas en Washington e imponerlas al país, sino preguntar en qué podemos ayudar para llegar al rumbo que el país se ha fijado. Trabajamos con diferentes proyectos, diferentes tipos de préstamos e intercambios sur/sur (experiencias de desarrollo que traemos acá para ser compartidas o para que otros países aprendan lo bueno que hace Bolivia).

Sin embargo, un socio es también una persona que aconseja. Y espero que hayamos hecho eso: lograr establecer una confianza para que se entienda que cualquier cosa que hagamos es por el bien del país. Tenemos las mismas metas y tengo que decir la verdad cuando me preguntan; yo opino, según mi experiencia, qué decisión es mejor o peor, pero no en el papel de maestro, de profesor, sino como amigo. Un amigo no es el que siempre concuerda con uno, sino el que nos da su opinión y nos apoya siempre. Ése es el balance: poder hablar con un Estado que es y debe ser soberano, pero al que le puedes dar un consejo. Eso sólo se logra con la confianza.

Página Siete.- ¿El hecho de que Bolivia sea considerada ahora  un país de ingreso medio limita las posibilidades de inversión del Banco? ¿Qué áreas son interesantes?

Nosotros trabajamos en todo el mundo. Y en América Latina tenemos programas con los países más grandes. Por ejemplo, los  programas en Brasil y Colombia. El Banco es un tipo de cooperativa, que tiene un directorio compuesto por representantes de los países,  y Bolivia es miembro de este directorio, tiene activos… Entonces, el Gobierno tiene todo el derecho de pedir apoyo del Banco Mundial; Bolivia también es dueña del Banco Mundial.

Además, seguimos acá porque llegar a ser un país de mediano ingreso no es fácil y hay que mantenerlo. En América Latina, en los últimos años, han salido de la pobreza para ingresar a la clase media 70 millones de personas. La clase media ha subido al 30% de la población y eso es increíble. Por eso el Banco está en todos estos países, porque también tenemos  un 65% que todavía es pobre.

El rol del Banco, entonces, es ayudar a que ese porcentaje siga disminuyendo. Bolivia ha tenido un entorno externo muy favorable, y este Gobierno ha tenido la virtud de convertir este buen momento en riqueza, tenemos que creerlo.  Se ha dado un manejo macroeconómico responsable, en situaciones que había crisis alimentaria, cambio climático, etcétera; la inflación ha estado controlada, se ha mantenido un crecimiento fuerte, hay reservas, entonces es un buen desempeño. Pero el rol del Gobierno,  y no es mi opinión sino la del propio Gobierno, es cómo trasladar eso a un desarrollo sostenible. Éste es el reto en Bolivia y de todos los países de América Latina.

Página Siete.-  Como socio, como amigo, ¿qué opina el Banco Mundial del modelo de desarrollo de Bolivia?, ¿qué críticas y qué sugerencias puede hacer?

Hemos tenido ya varios años de proceso de cambio en Bolivia, pero para apreciar el modelo de desarrollo tenemos que ver con lentes de largo plazo, no podemos medirlo solamente desde el 2006. Al menos debemos medirlo desde el 52. Todos los países que he estudiado  como economista,  países que consideramos como ejemplo de institucionalización y desarrollo económico, han tenido modelos  de largo plazo. Un buen ejemplo es Singapur; a este país, para llegar a ser un líder económico, le  ha tomado entre 35 y 40 años. Entonces, para responder  a esa pregunta tenemos que ver la historia de Bolivia. Ahora, tenemos el proceso de cambio y un entorno externo muy positivo. Lo importante es aprovechar el buen momento cuando se presenta para consolidar un buen modelo de desarrollo, es lo que muchos países no han hecho.

Bolivia está manejando bien su buen momento y su buen entorno externo: tenemos las reservas; el  crecimiento que existe es una buena señal (el año pasado fue de 6,8 y en los último 10 años más de 4%). Se dice que todo es producto de la venta de materias primas, pero hay que tomar también en cuenta el crecimiento de la demanda interna, eso significa que el Gobierno está traduciendo bien la situación y está funcionando como una locomotora del crecimiento.

Ahora, como socio, creo que no  estamos sacando el jugo al 100% a esta situación. Tenemos que optimizar y espero que el buen momento siga. No podemos autoelogiarnos solamente.

Página Siete.- ¿Qué más puede hacer Bolivia?

Lo que está haciendo. Yo vengo del Medio Oriente y allí, si bien el Estado tiene un rol importante en los recursos naturales, no reemplaza al sector privado. El sector público tiene el liderazgo, pero el privado tiene que jalar los remos. Es el  momento de consolidar; salir de la pobreza no es suficiente, hay que asegurar la prosperidad compartida.  Esto tiene que ver con servicios, con mejor educación. Debemos optimizar más el sector de manufactura, cosas con valor agregado, que tienen demanda en el mundo. El sector de las pymes si bien genera trabajo, no genera innovación ni tecnología.

El Banco Mundial aumenta el financiamiento a proyectos bolivianos

Se habla de que el Banco Mundial ha duplicado su financiamiento a Bolivia. Hadad dice que sí y no. «Ahora tenemos una cartera de 11 proyectos aproximadamente, por un monto de 460 millones de dólares, pero se va a incrementar más. Estamos yendo al directorio del BM –del cual Bolivia es miembro –  con otros 5 ó 6 proyectos más, de manera que hasta fin de año tendremos una cartera de 800 a 900 millones de dólares en proyectos”.

Pero eso no es todo. Lo que más  enorgullece al representante de Banco Mundial en Bolivia es el tipo de proyectos. «Si bien siempre hemos tenido buenos proyectos con buenos resultados, estábamos siempre trabajando con  inversión pública a través de préstamos concesionales por 40 años, con una tasa tan baja que prácticamente es gratis (menor que la tasa de inflación).  Pero ahora hay otra ventana de oportunidades: Bolivia, como país de mediano ingreso, tiene exceso de recursos en préstamos concesionales, más que en pasado, por ello estamos trabajando en apoyo presupuestario directamente con el Tesoro, en un proyecto grande que es el Programa por Resultados. Éste tiene que ver con el mejoramiento de carreteras en todo el país. En este sentido, a través de la ABC, el Gobierno realiza las mejoras y nosotros directamente reembolsamos al Tesoro. Eso refleja la confianza entre el Gobierno y el BM”, menciona.

HOJA DE VIDA

Inicios.  De origen mexicano y griego-libanés. Se unió al Banco Mundial en el año 1996.

Estudios.  Tiene una maestría en economía de la Universidad George Mason y otra en finanzas de la Universidad  G. Washington.

Carrera.  Ha sido representante en países como Irak.