Al tercer trimestre de 2024, el PBI tuvo un aumento ligeramente menor. La construcción y la soya sufrieron bajas. Los bloqueos y el clima incidieron, según el oficialismo.
Las expectativas de crecimiento que pretendía el oficialismo no fueron posibles. Se conoció que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia marcó un crecimiento económico del 2.14% al tercer trimestre de 2024, cifra que representa una ligera disminución si tomamos en consideración el segundo trimestre de la gestión, cuando era de 2.58%.
Fue el director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Humberto Arandia, quien confirmó ayer el escenario, a tiempo, también, de informar que la actividad de la construcción y la producción de soya experimentaron una disminución dentro del territorio boliviano.
“Al tercer trimestre de 2024 se registró una tasa de crecimiento acumulada del 2.14% ligeramente inferior a la observada en el segundo trimestre, en que llegamos a 2.58%, pero superior a la que tuvimos en el primer trimestre, donde solo crecimos en 1.31%”, detalló Arandia, en conferencia de prensa.
Los datos no muy alentadores en torno al PIB tienen mucho que ver, según el INE, con la suerte de tendencia de declinamiento en la producción de los campos petrolíferos, lo que se traduce en una tasa de decrecimiento de -12.87% en el petróleo y el gas natural.
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En contrapartida, los servicios personales, comunales, restaurantes, hotelería y comida en general exponen uno de los crecimientos más acentuados, con un 5.49% de aumento.
Lo cierto es que, para el Gobierno, hay dos factores que incidieron en el escenario: los bloqueos del “evismo” que se suscitaron en las calles a inicios de 2024 y las condiciones adversas del clima que golpearon diferentes regiones del país.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, identificó al ala “radical” del Movimiento Al Socialismo (MAS) -que en estos días se ha decantado por apartarse del partido azul por estrategia electoral- como corresponsable.
“De seguro también los primeros meses de 2024 han sido caracterizados por los bloqueos del ala radical evista. Entonces, queda claro que eso también ha impactado”, apuntó la autoridad, para luego concluir que se trató de un “golpe” a la economía.
RALENTIZACIÓN Y ENCARECIMIENTO
A diferencia de la papa, que ha tenido una óptima producción y en consecuencia “buenos precios” en palabras del director del INE, la producción de soya ha bajado en términos agregados un 18.8%, lo que se traduce en el aumento del precio del aceite en el mercado local.
En cuanto al sector de la construcción, cabe decir que este también mostró una desaceleración en su crecimiento. La variación acumulada cayó del 3.83% al 2.53%. Ello se debe, en gran medida, a la ralentización en el crecimiento de la venta de cemento, principalmente en Santa Cruz.