Walter Javier Arrázola M.*
Bienvenidos al liberalismo político y a reivindicar la igualdad de derechos y de las personas. Bienvenidos a recuperar la cordura y a mirar a todos como ciudadanos. Parece ser que su viaje por Sudáfrica, a disfruta del mundial, le sentó muy bien. Y aprendió la distinción entre ciudadanía multicultural y la multiculturalidad; o como explica Sartori “el pluralismo cultural a diferencia del multiculturalismo, no fabrica ni promueve las diferencias, al contrario, tiene por meta lograr la paz intercultural y por eso rehúye la hostilidad entre lo distinto”.
“Seguramente” en la charla privada con el vicepresidente de ese país, Kgalema Motlanthe, le aconsejó que hiciera en Bolivia lo que se hizo en la Constituyente de Sudáfrica y lo que escribieron en su Constitución, para que su país esté como esté. Además de crear la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, sin venganza, con justicia –no tanta- pero con mucho perdón, para que la historia conociera y reconociera lo que había pasado en el apartheid y no volviera a suceder nunca más en el mundo.
En la Constitución de Sudáfrica no existe ni una sola vez escrita la palabra negro, de color o blanco. No hace distinción entre etnias o tribus –que las hay miles entre gente de color en Sudáfrica- sino en derechos y obligaciones sin distinguir raza, credo, etnia o color de piel. No existe discriminación de unos frente a otros, o unos con más derechos por ser de una tribu frente a otra. No se hizo otro apartheid contra los blancos, menos aún se aplicaron políticas o acciones de racismo inverso o les negaron el derecho de ser parte de la gran nación sudafricana. La reconciliación fue sincera, verdadera y un cambio trascendental para la historia de la humanidad.
¡Grandes consejos “a deber recibido” el presidente Morales de la “gente de color”! Es bueno aclarar que esto no nos consta, pero lo presuponemos como nos ha enseñado el presidente: “me han dicho”, “supongo”, “creo” o “me han contado”.
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Estas lecciones fueron tan impactantes que Evo Morales se nos volvió liberal y ha reconocido la validez de los valores occidentales de la libertad y la democracia. Como si hubiera sido iluminado por John Locke y Alexis de Tocqueville.
Gracias a los consejos de Kgalema Motlanthe y la iluminación que recibieron de Locke y Tocqueville, el presidente y el vicepresidente han dicho que elevar el número de escaños parlamentarios indígenas, como piden ocho asambleístas, sería discriminatorio. “Está bien que las minorías tengan representación, pero esta forma de obtener la representación parlamentaria, solamente teniendo 500 o 1.000 votos, frente a los 120.000 que se necesitan en otras circunscripciones, también es otra forma de discriminación”, dijo Morales.
Aunque para mi gusto, al presidente y al vicepresidente les falta ser liberales económicos y no solo políticos como ahora se reconocen.
Sin embargo, es bueno aclarar que para seguir con los consejos que “seguramente” el presidente sudafricano les dio a los gobernantes bolivianos, el presidente Morales deben leer lo que dicen los Artículos 1, 2, 3, 5, 8, 9, 11, 21, 30, 31, 35, 78, 80, 91, 98, 100, 103, 107, 119, 146, 147, 179, 181, 190, 191, 192, 197, 206, 210, 211, 212, 234, 255, 265, 269, 270, 273, 278, 284, 289, 290, 291, 292, 293, 294, 295, 296, 303, 304, 307, 340, 353, 385, 388, 391, 392, 394, 395, 397, 403 y las disposiciones transitorias 7 y 10, de la Constitución aprobada por él y su gobierno, que discriminan entre quienes pertenecen a una etnia y los que no, para considerar una reforma constitucional y reconducir este país a la prudencia.
De no hacerlo estaríamos ante la construcción de un Estado con rasgos racistas y discriminatorios de quienes no se cataloguen o autoidentifiquen como “indígenas campesinos originarios”, y lo peor, estaríamos ante la consolidación de un etnonacionalismo aymara, que discriminaría no sólo a las comunidades interculturales como nos ha denominado a los mestizos, sino también a los propios indígenas de oriente que no son afines a las conveniencias políticas de la cultura del presidente Morales, la aymara.
*Ex diputado nacional