La oposición venezolana se fortalece al ganar los Estados claves del País

Las elecciones suponen un nuevo paso en el lento proceso de recuperación de la vida democrática venezolana

CARACAS (JOAQUIM IBARZ, ENVIADO ESPECIAL DE LA VANGUARDIA)

Venezuela es otra. Después de semanas de insultos y confrontación por parte de Hugo Chávez, el lunes amaneció plural, alegre, solidaria, esperanzada. Al día siguiente de las elecciones regionales y locales, el país escucha palabras de paz, unidad y colaboración. No se cumplieron las delirantes amenazas del presidente de que si triunfaba la oposición sacaría los tanques en Carabobo, correría la sangre por el estado del Zulia y metería preso al gobernador Manuel Rosales.



El mapa político de Venezuela, teñido casi totalmente en  2004 por el rojo del chavismo, cambió de color luego que la oposición ganó la capital y cinco de los estados más importantes del país. Aunque el Gobierno venció en más estados, la oposición logró los más poblados y emblemáticos, en el corazón del país. Además, recuperó la alcaldía metropolitana de Caracas –segundo cargo nacional- , ganó el ayuntamiento de Maracaibo y de otras ciudades importantes, y venció en tres estados clave –Carabobo, Zulia y Miranda-, los más poblados y que concentran el poder político, económico y social. Con fecha fija para abandonar la presidencia en 2013, Chávez enfrentará a una envalentonada oposición que bloqueará cualquier nuevo intento para poder reelegirse.

La estrategia de amenazas y confrontación de Chávez  tuvo resultados contrarios al buscado. Tal como señala el diario “El Nacional”, si lo que quería Chávez era atemorizar a los venezolanos y sembrar el pesimismo para que no acudieran a las urnas, se equivocó de plano. Los centros de votación estuvieron más concurridos que nunca. La participación  superó el 65%, un récord para una elección local en Venezuela. Una bien organizada red cívica estuvo pendiente de que no se perdiera un voto.

Chávez proclama victoria con una sonrisa forzada, argumentando que sus candidatos  gobernarán en el triple de gobernaciones que sus adversarios. Para el presidente  ha sido reconfortante que un disidente de su partido no lograra quedarse con el simbólico estado de Barinas, donde la familia Chávez logró mantener su dinastía con un apretado triunfo de Adán, su hermano mayor.

Sin embargo, las victorias en el estado petrolero del Zulia (2.141.055 electores), en Miranda (1.781.361), que engloba la zona metropolitana de Caracas, y Carabobo (1.338.601), que concentra la escasa industria nacional, otorgan a la oposición el control del 37% de los venezolanos con derecho a votar. Si se suman los 1.506.039 votantes de Caracas y los vecinos de los estados de Táchira y Nueva Esparta, también ganados por la coalición democrática, se evidencia que la mitad de los habitantes del país van a ser gobernados por la oposición.  El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, mantiene 17 de los 22 estados, pero la oposición tendrá el control político de cuatro de las cinco jurisdicciones más importantes del país.

Caracas se convierte en plaza fuerte de la oposición al pasar a controlar la alcaldía y cuatro de las cinco municipalidades. Dos figuras importantes del chavismo, los ex ministros Aristóbulo Istúriz, quien aspiraba a la alcaldía,  y Jesse Chacón, candidato por el distrito de Sucre, la mayor zona popular de Caracas, fueron derrotados por enconados adversarios del presidente. En Miranda, Enrique Capriles humilló al hombre fuerte del régimen, Diosdado Cabello, el político más cercano a Chávez, que aspiraba a la reelección.

El analista Antonio Sánchez declara a “La Vanguardia” que esta elección supone un nuevo paso en el lento proceso de recuperación de la vida democrática venezolana después de la victoria obtenida en el referéndum del 2 de diciembre de 2007, cuando se derrotó el proyecto constitucional que permitiría a Chávez perpetuarse en el poder. Ahora se ve la luz al final del túnel, tras una larga penitencia en la cual tanto la debilitada oposición como la maquinaria chavista habían generado la desesperanza.

En el editorial titulado “Le dimos en la madre”, el periodista y ex ministro Teodoro Petkoff señala en el diario “Tal Cual” que  la oposición da un gran paso en su fortalecimiento, es un triunfo de la estrategia democrática y electoral”.

EL INSULTO FUE CONTRAPRODUCENTE

Hugo Chávez cometió un grave error político al creer en la ofensa como arma de combate. Durante semanas se dedicó a amenazar y a insultar con graves improperios a Manuel Rosales, gobernador del Zulia y candidato a alcalde de Maracaibo. Mientras más le ofendía, más lo apoyaba el pueblo zuliano, que siempre ha sabido preservar su independencia de Caracas. Chávez tendrá que comerse sus amenazas judiciales de encarcelar a Rosales, alcalde electo de la segunda ciudad de Venezuela.