Redes: mapear el desarrollo

Gonzalo Chávez A.

gonzalo-chavez La teoría de redes es un nuevo instrumento de análisis que se aplica a muchos campos del conocimiento humano, abarca desde las ciencias puras a las sociales. La idea básica es que casi todas las cosas en mundo están interconectadas y que existe una explicación para estas relaciones. Desde el cerebro humano a internet pasando por la economía o un grupo de amigos, todo está conectado y es por alguna razón. Estos vínculos tienen un orden subyacente y siguen leyes sencillas. La comprensión de estos mapas de personas, empresas, gobiernos e instituciones, que son como complicadas telarañas, ayuda a entender estas complejas estructuras y permite elaborar políticas industriales, organizar empresas o detener un brote de enfermedades.

Albert-Laszlo Barabasi en su libro Linked (Conectado) sugiere que el mapeo de las redes, en una amplia gama de disciplinas científicas, puede ayudar a entender mejor desde la solidez del Facebook, la propagación de las modas y los virus hasta, incluso, el futuro de la democracia y el desarrollo económico.



La teoría de redes sociales y económicas es una sub-rama que ayuda a predecir el resultado del comportamiento agregado de un grupo de personas o empresas definido por las relaciones entre sus miembros. Una aplicación muy interesante de esta teoría es el Atlas of Economic Complexity elaborado por el economista Ricardo Hausmann de la Universidad de Harvard y físico César Hidalgo, del MIT. El trabajo busca mapear los caminos de la prosperidad basada en la complejidad de las redes que existen en una economía. En sencillo, países que tienen selvas (redes) productivas más densas tienden a generar más riqueza que aquellas sociedades que tienen pocos árboles productivos. Conocer bien esta cartografía de actores productivos es un desafío central del desarrollo económico. En otro marco teórico, en las redes se conoce el capital social, la capacidad de acción colectiva para realizar tareas productivas, por ejemplo.

Hausmann e Hidalgo parten de la idea de que los productos son vehículos de conocimiento conducidos por personas o empresas en autopistas de redes. Éstas pueden ser los mercados y las instituciones, públicas y privadas.

La cantidad de conocimiento en una sociedad no depende del saber de un individuo, más bien está relacionado con la diversidad de complejas redes de interacción entre las personas y empresas. Los investigadores distinguen dos tipos de conocimiento: explícito y tácito. El primero se puede transferir fácilmente mediante la lectura de un texto o en una clase. El segundo es más complejo y está imbricado en redes sociales, es una especie de conocimiento colectivo. El logro del conocimiento tácito es un largo y costoso proceso y requiere que las sociedades, a través de la interacción de personas, empresas, colegios y universidades, se especialicen y puedan trabajar en redes. Se conoce que existen 840 ocupaciones diferentes. La única manera de que la sociedad puede contener todos los conocimientos es a través de la especialización y las redes.

La mayoría de los productos, sin embargo, requiere de más conocimiento que puede ser dominado por una persona. Por ejemplo, según Hausmann e Hidalgo, para hacer una camisa se necesita alguien para diseñarla, comprar la tela, cortarla, coserla, empacarla, hacer propaganda y distribuirla. En una empresa que fabrica camisas, cada una de estas actividades son pedazos de conocimiento bajo responsabilidad de diferentes personas.

Además, para financiar la producción de la camisa se requiere de diferentes tipos de conocimientos técnicos que poseen otras personas. En suma, para elaborar la camisa se necesita del know-how, el conocimiento para hacer la camisa; el know-who, el conocimiento de las redes de proveedores, trabajadores especializados, financiadores y otras personas que ayudan en la elaboración de las camisas y el know-where, el conocimiento de dónde están los proveedores de insumos, capital, mano de obra especializada y, obviamente, dónde están los mercados para las camisas. Todos estos conocimientos fluyen mejor en redes sociales y empresariales complejas que ayudan a empaquetar el conocimiento, condensado en productos. En última instancia, para Hausmann e Hidalgo, “la complejidad de una economía se relaciona con la multiplicidad de conocimientos útiles que funcionan a través de redes”. La prosperidad económica depende de tejidos complejos entre personas y/o empresas que saben de diseño, marketing, finanzas, tecnología, manejo de recursos humanos, operaciones y derecho comercial. Incluso, estas personas y/o compañías tienen que tener la capacidad de interactuar y combinar sus conocimientos para hacer productos. Donde faltan algunos o muchos nodos de estas redes no se pueden hacer productos. “La complejidad económica, por lo tanto, se expresa en la composición de la producción productiva de un país y refleja las estructuras que surgen de sostener y combinar el conocimiento a través de redes”.

Mapear y conocer estas redes es, por lo tanto, fundamental para implementar políticas de apoyo productivo y/o industrial. Atlas of Economic Complexity realiza una cartografía de las exportaciones bolivianas y es un instrumento clave para comprender los desafíos de nuestra economía. Los invito a visitar los mapas interactivos para Bolivia, periodo 1962-2009, de este interesante estudio en http://atlas.media.mit.edu/app/product_space/export/bol/2009/

Página Siete – La Paz