Reflexiones de último momento

Carlos Federico Valverde BravoVALVERDEOKI_thumb111Seguramente, a la hora de salida del periódico a la calle, los dirigentes políticos estarán preparándose para la jornada electoral y pensando que este es el último día de una campaña deslucida, floja en ideas y propuestas y, seguramente, también, se plantean si las cosas se pudieron hacer mejor.Reflexiones sobre lo que se dijo y lo que debió haberse dicho; lo que debió haberse hecho y no se hizo y algunas cosas más, deben estar pasando por cabezas de Jefes, Líderes y encargados de campaña. No se trata de suerte; sólo de voluntades ajenas a las que, probablemente no se sedujo porque no se supo llegar, es decir, por aquello que ahora se reflexiona.El Gobierno (suplantó al Partido en la construcción de hegemonía y la reproducción del Poder) no debe estar muy nervioso, gastaron, apabullaron y trazaron su estrategia sin pensar en los oponentes; decidieron no debatir, no confrontar en medios y mostrar debilidades; decidieron escucharse y verse a si mismos. Parece que alcanza.La Oposición; llamarla de esa manera es casi un eufemismo porque, a decir verdad, no es oposición real la candidatura que debate electoralmente dentro de lo que el Gobierno plantea o genera públicamente; oposición es la que define una ruta crítica propia y, presenta alternativas a lo que está haciendo el Gobierno; no es opositor de verdad quien asume que… mal que mal, las cosas están hechas y que lo que hay que hacer es simplemente mejorarlas o enrumbarlas; eso también lo planteó el Poder, el Gobierno y, quien lo haga fuera de él no se convierte en una alternativa.Paradoja… alternativa debió ser plantear cosas nuevas y fuera del programa del Gobierno aprovechando lo que tiene el país y que es conquista del Estado y de los bolivianos; hablar sobre el proyecto del Gobierno nunca convirtió a los oponentes en verdaderos opositores; los aspirantes a opositores jamás dejaron en claro lo que SI querían hacer; se dejaron llevar por la propaganda gubernamental y se dedicaron a hablar de lo que NO iban a hacer; así no hay propuesta en contrario y no sólo se hace daño a la política sino que se confunde al electorado.Ya no tienen tiempo de nada; ninguno de ellos, la suerte de los ciudadanos es que, si las cosas van bien y los muertos no aparecen por montones, dejaremos constancia del premio, castigo, aceptación o rechazo de lo hecho en este periodo de una tibia revuelta electoral.Ya está, hoy, nosotros decidimos, bien o mal, el ánfora recoge nuestra voluntad.El Deber – Santa Cruz