Belaunde retorna y su pasado asusta a los Humala

El empresario peruano tiene dos procesos abiertos. Es acusado de enriquecerse y hacer flotar sus negocios a raíz de apoyo estatal. Están involucrados Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia.

Belaunde retorna y su pasado asusta a Humala

El Deber, Bolivia

imageEran otros tiempos Belaunde Lossio fue muy cercano a la pareja presidencial peruana. Foto El Comercio.



Su departamento en Miraflores (barrio residencial en Lima) fue su centro de operaciones. Allí llegaron Ollanta Humala y Nadine Heredia en varias ocasiones. Allí, en el domicilio de Martín Belaunde Lossio, se cerraron varios negocios, que hoy se investigan por tener supuestos grados de ilícitos. Voz suave y de carácter amable, pocas veces se molestaba y siempre lanzaba una sonrisa cuando hablaba.

Hoy, esa alegría se apagó. El empresario está solo, sin familiares al lado y mucho menos amigos. Su calvario inició y enfrenta a la justicia acusado de lavar activos para impulsar sus empresas y la campaña del actual mandatario peruano.

La historia de Belaunde Lossio en la política peruana comenzó en la campaña presidencial del 2006. Fue el jefe de prensa del entonces candidato Ollanta Humala y reconoció que colaboró “muchísimo” para que Humala se envista como presidente. No se pudo.

En un nuevo intento, en 2011, también apoyó, pero a menos escala. Un año después, Ollanta llega al poder en Perú.

En la primera campaña, Belaunde entregó $us 81.000 al Partido Nacionalista del Perú (PNP). Su misión era específica. Convocaba prensa para los actos de campaña de Humala y asesoraba al actual mandatario. Eran muy amigos, muy cercanos. Llegaban a Lima del interior de Perú y de inmediato iban a la residencia de Belaunde para analizar estrategias próximas. De esas citas también participaba Heredia, que siempre fue la figura principal en el plan humalista.

El caso clave

La Centralita es una simple construcción en la región de Áncash, a 10 horas de Lima. Ese espacio era utilizado como un bunker de campaña para el expresidente regional César Álvarez, afín de Humala, detenido en Piedras Gordas I, el mismo recinto penitenciario donde está recluido Belaunde.

Al empresario se le considera uno de los cabecillas del clan Álvarez. Según informes de la Fiscalía de Perú, a los que tuvo acceso EL DEBER, a Belaunde se le atribuye “haber contribuido -como cómplice secundario- a la apropiación y uso de recursos y bienes del Estado por funcionarios públicos, con el objeto de sostener y sufragar los gastos de la llamada La Centralita (sucursal de Ilios Producciones), creada y dirigida por su persona”.

Este primer hecho ocurrió a finales de 2009. Este inmueble ubicado en Chimbote, Perú, fue uno de los primeros lugares donde operó la llamada La Centralita, nombre al que se dedicó el caso principal.

La Centralita se convirtió en la red de corrupción más grande de Perú. Hay 60 implicados, de los cuales hay 20 imputados y 20 prófugos. Uno de ellos era Belaunde.

El empresario es acusado por peculado, lavado de activos, colusión y asociación ilícita. También fue imputado por el caso Antalsis, una empresa española para la que habría realizado acercamientos con el Estado para favorecer al Gobierno de Humala con licitaciones millonarias.

Corrupción

Este medio accedió a una resolución de la Corte Suprema de Justicia de Perú en el que se revela que el empresario supuestamente cometió lavado de activos a un monto mayor de $US 160.000. Estos negocios habrían sido ejecutados entre 2009 y 2014.

Este escrito también precisa que el supuesto origen ilícito del dinero y los bienes que tiene Belaunde Lossio provendrían de delitos contra la administración pública.

En otro punto del escrito se precisa que el empresario proveía dinero a los periodistas de La Centralita. Sobre este proceso, la exprocuradora peruana Yeni Vilcatoma dijo a este medio que La Centralita era el centro de operaciones de la “organización criminal” que encabezaron Álvarez y Belaunde.

Ahora con Belaunde tras las rejas, no solamente se enfrentará al caso de La Centralita. La Fiscalía peruana investiga al detenido por los presuntos negocios que gestionó a favor de la empresa española Antalsis, a la que supuestamente le hizo ganar licitaciones de $us 46 millones en las regiones peruanas de Lambayeque, Madre de Dios, Cusco y Huancavelica.

En realidad, según los medios peruanos, si bien el proceso de extradición de Belaunde es por el caso La Centralita, de lo que más debe preocuparse es de su relación en el proceso Altalsis, que es mucho más grande.

Urquizo no adelantó criterios sobre este proceso y antes de conocer la captura de su defendido negó que hayan actos irregulares que beneficien a Belaunde a través de proyectos públicos.

El empresario quedó solo en Lima. Sus allegados lo acusan de corrupción y empeoran su situación. Uno de los testigos, que no dio su nombre, pero es calificado por la Fiscalía como “colaborador eficaz No. 006”, confesó que la empresa Ilios Producciones “sí recibía apoyo económico y logístico” de la oficina de Álvarez, exaliado de Humala.

Humala dice no preocuparle lo que declare su exasesor extraditado de Bolivia

El mandatario peruano recordó que a Belaunde se le acusa de los presuntos delitos de peculado (apropiación indebida de caudales públicos) y asociación ilícita en el caso de «La Centralita», una oficina desde donde se ejercía un presunto espionaje a opositores políticos del presidente regional de Áncash, César Álvarez.

La Razón Digital / EFE / Lima, Perú

El presidente de Perú, Ollanta Humala, afirmó el sábado que no se encuentra preocupado por lo que pueda declarar su exasesor Martín Belaunde Lossio, extraditado el viernes desde Bolivia tras un año prófugo de la justicia peruana, que le investiga por delitos de corrupción.

Tras supervisar las obras de ampliación de un hospital en Lima, Humala reiteró a los medios locales que a Belaunde no se le investiga por haber sido su colaborador durante la campaña del Partido Nacionalista para las elecciones presidenciales del año 2006.

El mandatario peruano recordó que a Belaunde se le acusa de los presuntos delitos de peculado (apropiación indebida de caudales públicos) y asociación ilícita en el caso de «La Centralita», una oficina desde donde se ejercía un presunto espionaje a opositores políticos del presidente regional de Áncash, César Álvarez.

También se le atribuye un presunto delito de lavado de activos al gestionar intereses de empresas particulares para adjudicarles contratos con el Estado en gobiernos regionales y obtener beneficios económicos personales.

Ollanta Humala anunció que su Gobierno colaborará con la justicia peruana si «ve conveniente» agregar el delito de lavado de activos a los cargos de la extradición.

«Primero queríamos finiquitar el proceso de extradición, y después agregar otros cargos conforme las instancias o poderes del estado así lo crean conveniente. Lo importante era traerlo», indicó Humala.

La Corte Superior de Justicia de Perú ya declaró procedente el 25 de marzo un segundo cuadernillo de extradición para añadir el lavado de activos al primer documento, que contemplaba el peculado y la asociación ilícita para delinquir.

El presidente peruano consideró que el proceso de extradición de Belaunde desde Bolivia se realizó «en un tiempo récord», comparado a otros como el del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), que demoró alrededor de dos años.

Belaunde Lossio fue capturado el jueves cerca de la frontera de Bolivia con Brasil, cuatro días después de fugarse del arresto domiciliario en el que permanecía en La Paz, a donde llegó en diciembre tras pasar siete meses en paradero desconocido para evitar una orden judicial de prisión preventiva por 18 meses.

Con su fuga, Belaunde trataba de evitar su extradición a Perú, que ya había sido aprobada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Bolivia, después de que la Comisión Nacional del Refugiado (Conare) le negara su condición de refugiado como perseguido político.