La hija de Hugo Chávez resultó ser la persona más rica de Venezuela, con una fortuna calculada en 4.197 millones de dólares, lo que viene a confirmar la sospecha de que el socialismo del siglo XXI no había sido otra cosa que un método para el enriquecimiento ilícito.De hecho, ese proyecto continental podría retratarse como una pirámide: en la base están los militontos, las masas que se tragaron el cuento de la “redistribución de la riqueza” y que en realidad son mantenidas en la pobreza por las políticas populistas, recibiendo las migajas de algunos planes y bonos a cambio de su militancia en los partidos oficialistas.Al medio de la pirámide están los sociolistos: pequeños burócratas, dirigentes medios de los partidos e intelectuales orgánicos, que obtienen beneficios algo más considerables pero que son absolutamente descartables para quienes están en la cima de la pirámide.Estos son los robolucionarios, los integrantes de las élites que usufructúan de la cosa pública a lo grande, medrando de la extorsión sobre el sector privado y de la rampante corrupción que impera en estos regímenes.En Bolivia, es sintomático que el vicepresidente haya multiplicado su patrimonio por diez desde que asumió el cargo, mientras que el presidente lo ha cuadruplicado…[email protected]