Ajax le ganó a la Juventus 2-1

De Light aplasta a la Juventus

De Ligt celebra el segundo gol del Ajax en Turín.La Champions descubre un tesoro. Es el viejo Ajax de los jugadores valientes y garbosos que encandilan con su ingenio. El viejo Ajax de los jóvenes. El equipo que mejor ha jugado en este torneo y el que se llevó por delante a la Juventus después de torturarla durante 180 minutos.

El partido adquirió categoría de examen supremo para algunos jugadores en desarrollo. El primero, Matthijs de Ligt. A sus 19 años, el central del Ajax portó el brazalete de capitán y asumió la tarea más pesada de todas en uno de los ambientes más cargados del fútbol europeo. Se le imponía frenar las arrancadas de Cristiano para taponar el primer cauce de la riada de la Juventus, equipo obligado a pasar a semifinales por razones presupuestarias, por urgencia histórica, y porque jugaba en casa a defender la ventaja obtenida en la ida. La inercia de la trama conspiraba contra De Ligt. Lo normal habría sido verle cometer algún error. No falló nunca. Inmutable, acudió puntual al corte, se paró donde requería la jugada, disuadió a su marca por anticipación cuando gestaba los contragolpes y si tuvo que imprimirse con bravura tampoco se dejó superar en el cuerpo a cuerpo.

De Ligt solo perdió por accidente. En la jugada del 1-0 fue su propio compañero, Veltman, quien le hizo la pantalla impidiéndole batirse con Cristiano en el duelo aéreo. Libre en el punto de penalti, el portugués metió la frente y convirtió el córner en gol. Fue la única ocasión que generó la Juventuis en la primera parte. Incapaz de sobreponerse a la rigidez posicional, el equipo de Allegri no logró amenazar a su rival si la posesión se le estiró más de dos segundos. Ofuscado Pjanic y seco Bonucci sin más idea que el pase largo, se bloqueó si no contragolpeaba. Y De Ligt se encargó de desmontar cada contragolpe.



Van de Beek aprovechó un rechace para empatar antes del descanso, cuando la Juve se replegaba y el desconcierto se apoderaba del público. El dominio del Ajax se incrementó en la segunda parte. Porque la tensión psíquica restó lucidez a los jugadores locales. Porque alrededor de Ten Hag se divierten futbolistas sin nada que perder. Porque la flexibilidad táctica, las ideas ingeniosas, y un plan claro y ambicioso, fueron privilegio del Ajax, progresivamente crecido al dictado de un Frenkie de Jong que marcó los tiempos hasta romper definitivamente la rigurosa presión medio-alta que dirigía Pjanic.

Pudo ser goleada. Si Ziyech aprovechaba la ocurrencia de Neres para embocar el mano a mano que sacó Szczesny; si De Beek metía por la escuadra otro remate que también despejó Szczesny; y si Pjanic no despejaba un balón que habría dejado a Ziyech solo a puerta vacía, la humillación habría sido mayor. El mazazo vino de córner. De Ligt ejerció de ejecutor. Elevándose por encima de Bonucci, Rugani y Sandro, el rubio cabeceó el envío de Schone a la red, sembró el pánico en Turín y electrificó una Champions que parecía previsible y ya no lo es.

 Fuente: https://elpais.com