El 8 de agosto se desplomó parte de la cúspide del Sumaj Orcko de Potosí. Una comisión busca nuevas áreas para que migren las cooperativas que trabajan sobre la cota 4.400. Los mineros se oponen y no reciben opciones.
Leny Chuquimia / Potosí
El Cerro Rico de Potosí, milenaria fuente de minerales y emblema patrimonial, se hunde. El estudio de riesgos, necesario para salvarlo, tardará un año. No tiene un presupuesto final definido, pero parte con 4,5 millones de bolivianos de la Comibol (Corporación Minera de Bolivia).
Tras el reciente hundimiento de la cúspide, una comisión determinó acciones con miras a salvar al Cerro Rico, que acumula cinco siglos de explotación minera —fue la veta de plata más grande en la Colonia— y cumple 34 años de su declaratoria como Patrimonio de la Humanidad.
“Hay que hacer un nuevo estudio de riesgo porque el que se tiene de Sergeomin ya está desacutualizado y es necesario ver la situación real del cerro. Habrá que hacer un análisis de la morfología externa e interna. También vamos a hacer un análisis del tipo de relleno que se debe introducir. Estimamos que este trabajo nos llevará más de un año, lastimosamente los tiempos son así”, informó a Página Siete el viceministro de Política Minera, Regulación y Fiscalización, Wiston Medrano.
El primer paso para frenar el hundimiento del Cerro Rico debe pasar por la paralización de los trabajos mineros sobre la cota 4.400, sin embargo, esa alternativa se encuentra lejana. La mesa de nuevas áreas para la migración de los mineros quedó en cuarto intermedio la semana pasada y nadie está dispuesto a dar la orden de parar los trabajos, por el problema social que esto implica.
El 8 de agosto, una columna de polvo se levantó en la cúspide del Cerro Rico. Aunque los habitantes de Potosí dicen que es algo cada vez más rutinario ante el desmoronamiento del majestuoso Sumaj Orcko, éste en particular llamó la atención. Y es que al disiparse la nube rojiza, la cúspide de la montaña había desaparecido.
La alerta creció y no fue la primera vez. En 2009 se dio el primer hundimiento; en 2014, la montaña ingresó a la lista de Patrimonio de la Humanidad en riesgo de la Unesco y 2017 la cúspide empezó a rajarse y a presentar boquetes.
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En agosto, ante el hundimiento, autoridades, cívicos y académicos volvieron a reunirse para trabajar en comisiones destinadas a salvar al Cerro Rico.
La reunión convocó a representantes del Ministerio de Minería, Comibol, Sergeomin, cooperativistas, la privada Manquiri, la brigada parlamentaria de Potosí, la Universidad, el Comité Cívico (Comcipo) y otras instituciones. Y se acordó hacer un nuevo estudio para dar una solución que detenga el deterioro del cerro .
“Se han creado dos comisiones. Una verá las nuevas áreas de trabajo para las cooperativas sobre la 4.400. La segunda es la de estudios técnicos que está a cargo de la universidad”, explicó el experto en minería y docente de la Universidad Autónoma Tomás Frías de Potosí Epifanio Mamani.
Es esta última la que logró mayores avances y ahora está encargada de buscar una solución estructural para evitar el desplome. El plan, realizado con base en la propuesta de la Facultad de Ingeniería Minera, define tres fases.
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“La primera etapa es el levantamiento topográfico superficial y subterráneo con el objetivo de tener una idea clara de todos los hundimientos y espacios vacíos dentro del cerro. En un tiempo de 60 días el ministerio y sus brazos operativos deberán encargarse de este punto”, detalló Mamani.
La segunda tarea inmediata es el estudio de la geomorfología del Cerro Rico en función de los parámetros físicos y químicos. El planteamiento con un perfil de proyecto y el financiamiento necesario para el trabajo de laboratorio está a cargo de la UATF.
“En función a estas dos tareas especificas se hará la tercera, que consiste en planificar la tecnología del relleno y el material apto para resistir todas las tensiones que están causando la deformación del Cerro Rico. Una vez que se tenga estos datos, se elaborará el proyecto final para su ejecución inmediata”, añadió Mamani.
Comibol informó que el Sumaj Orcko presenta unos 12 hundimientos. Los últimos no son nuevos, sino agrandamientos de los ya identificados. Es decir que estos derrumbes, como si fueran embudos, se van tragando la cima.
A más de 4.800 metros sobre el nivel del mar, en la montaña ahora el suelo se resquebraja bajo los pies y los caminos han desaparecido. Por eso se ha prohibido cualquier ingreso a la cúspide, aunque esto no detiene los trabajos.
Se estima que hay 200 bocaminas en las más de 600 hectáreas administradas por el Estado. En el interior del cerro hay 19 niveles con ascensores que trasladan a mineros de grandes empresas o cooperativas. Se calcula que son 30.000 y de la montaña depende su subsistencia y la de sus familias.
Se necesita, no obstante, que la cima del cerro esté expedita, de lo contrario el daño avanzará. Lo que deja otra interrogante ¿qué pasará con el cerro mientras se elaboran estudios y se buscan soluciones?
“Son temas que seguramente los vamos a determinar en otra mesa de trabajo. Aquí estamos dedicados solo al tema técnico”, respondió Medrano.
34 años, patrimonio
El Cerro Rico se encuentra en la lista de riesgo de patrimonio por los daños que la cúspide sufre. Los trabajos comprometidos de preservación hasta ahora no avanzan.
Título En 1987, la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) nombró Patrimonio de la Humanidad al Cerro Rico. Fue uno de los primeros nombramientos en Bolivia.
Cerro La declaratoria del Cerro Rico como patrimonio se inscribió en el contexto histórico y natural de la urbe; no como yacimiento. Esta también comprende el sistema hidráulico y el casco antiguo de la urbe.