Franco De Vita: «No hay que confundir sexo con amor»


Entrevista. Un romántico en toda la línea Autor prolífico de temas sentimentales, el músico que nació en Caracas, creció en Italia y vive en España

Franco De Vita tiene una risa que contagia. El hombre que ha escrito decenas de canciones de amor (muchas de ellas famosas como temas de telenovelas latinoamericanas), ofrece, ante todo, humor.

Con casi 30 años de trayectoria ¿cómo se hace para no estancarse artísticamente? Es una lucha constante con uno mismo. Es muy difícil saber cuándo viene o cuando se va la inspiración, nunca sabes si, en el momento en que la necesitas, va a venir. Pero estoy convencido de que te lo tienes que proponer. A veces se abre como una puerta y te emocionas y empieza a aparecer una historia. Musicalmente no tengo mayor problema, produzco mucha música, pero el problema es la letra; ponerle el lalala a esa melodía que te aparece: un texto, una historia.

¿Cuáles son los temas que te motivan para escribir?



Distintas cosas. He escrito sobre los niños, sobre mi país, sobre el continente, sobre los latinos, los viejos, la naturaleza, el maltrato de género. Le escribí hasta a una plaza ( La plaza del centro ) y es una de las canciones que más orgullo me da. Todo que lo me rodea puede ser una canción. Ahora, cuándo la vas a escribir, no se sabe. Depende de lo que te va pasando en cada momento de tu vida. Las ideas están ahí y un día, afloran.

¿Cuándo sentís que esa idea se convirtió en canción?

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Cuando de pronto tienes una frase maravillosa que va perfectamente con la música y ahí empiezas a trabajar. A lo mejor pasan días, meses o años y no sale nada. O tienes la fortuna de que siga y se arme una canción. También cuando sientes que tú mismo te puedes emocionar. En ese momento, ya está el 50 por ciento del éxito. Hay canciones que después de los años fueron éxito, se ve que necesitaban su tiempo de maduración. Y es un misterio por qué sucede así, pero tiene su encanto que sea de esa manera. Además, el artista tiene que arriesgar. Yo, al menos, me aburro si hago siempre lo mismo.

Escribiste para muchos cantantes como Ricky Martin y Chayanne. ¿Cuál es la diferencia entre escribir para otros y para uno mismo?

Cuando escribo para los demás, intento hacer una buena canción. Y cuando me piden temas para las telenovelas, lo mismo. Afortunadamente siempre les gusta lo que ofrezco. No es fácil de lograr que un tema funcione para las escenas de amor que están armadas. Y como yo, hay miles a quienes podrían escoger, pero me eligen a mí y me siento afortunado por eso. Cuando escribo para Franco De Vita entran en juego otras cosas: si esto ya lo hice, si quiero cambiar. Después, en cualquier caso, quien decide es el público.

Como referente de muchos artistas que llegaron después, Franco repasa los que más le gustan: Shakira, Juanes, Sabina, Sanz, Soda Stereo… ”tantos. Hay uno español, Montoto, brillante, me encanta”.

Hijo de inmigrantes italianos, el músico nació en Caracas pero a los tres años se fue a vivir con su familia a un pueblito de Salerno, al sur de Italia.

“Allí estuve diez años y eso me marcó muchísimo. De esa época me queda la influencia de los cantantes italianos”, dice. “Después fue una mezcla de cosas porque en Italia ya escuchaba a los grupos británicos y luego, en Venezuela, a los norteamericanos y los latinos. Todo eso me formó y a los 20 años, cuando ya tenía mi grupo, hacíamos fiestas y tocábamos todos los ritmos, cualquier género. Eso se nota hoy en día: me puedo colar en distintos géneros, coqueteo con ellos aunque en mis inicios era rocanrolero”.

¿Cómo fue la infancia en el pueblito italiano?

De mucha calle, con los amigos, el fútbol. Además, veía a la gente cómo cultivaba y cosechaba, el trabajo del campo. Eso también me marcó muchísimo, de ahí me quedó el aprecio que tengo por la naturaleza. Cuando vives en una ciudad no sabes si el tomate viene del supermercado o de dónde. Ahí lo ves cómo nace. Fue una época hermosa en la que aprendí a trabajar en equipo, siempre rodeado de amigos, de lo comunitario.

¿Había artistas en tu familia?

A mi tío materno le gustaba cantar, y a mi padre le gustaba mucho la ópera, como buen italiano. Yo veía cómo se emocionaba viendo ópera por televisión.

Después de Italia, Venezuela, no te quedaste quieto y te instalaste en España.

Sí. hace ya veinte años que vivo en Madrid. La primera vez que llegué me sentí muy identificado, como en casa. Me encanta el desenfado que tienen los españoles para todo. Y yo vivo tranquilo allá, puedo ir al supermercado, me conocen pero no me acosan, por suerte. Si te pasa eso, pierdes la naturalidad. Siempre marqué e hice sentir que mi vida personal no era tan interesante como puede ser la de Shakira o la de Ricky Martin. Ellos lo llevan bien, lo saben aprovechar. Yo he cultivado una relación con el público muy natural: me ven cuando compro el pescado, me saludan tranquilamente, y después me voy a mi casa a comerlo.

Uno de los temas sobre el cual más escribiste es el amor…

Es un tema fundamental en mi vida. Hoy en día me calmé un poco porque antes vivía persiguiendo el amor, necesitaba de esa adrenalina. Tenía que estar enamorado, me desesperaba si no lo estaba y me enamoraba fácilmente, que era lo peor. Luego uno va madurando y va viendo las cosas de otra manera. Antes lo sufría mucho, aunque me sirvió para crear, al menos. La música era mi desahogo.

¿Cómo lograste calmarte?

 Bueno, cien por cien no lo tengo resuelto. Ahora pienso que las cosas vienen cuando tienen que venir y cuanto más las fuerzas, peor. Y que no hay que confundir sexo con amor. Los golpes te enseñan.

Fuente: www.clarin.com


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