Alza del dólar: las exportaciones pueden volverse más competitivas, pero suben los precios y el boliviano pierde valor


La cotización paralela, este viernes, se situó en 18,15 bolivianos. El dólar sube por incertidumbre y mayor demanda de la gente, de las empresas y por caída de las exportaciones.

Por Marco Antonio Belmonte 

Hay mayor demanda de dólares y sube el precio (Imagen referencial). Foto: ABI
Hay mayor demanda de dólares y sube el precio (Imagen referencial). Foto: ABI 

Fuente: Visión 360



 

 

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Qué efectos trae el alza del dólar? Lo negativo: encarece precios, la moneda nacional pierde valor, eleva costos de las empresas y salir de viaje al exterior se hace más caro. Lo positivo: las exportaciones se vuelven más competitivas con la devaluación de la moneda nacional.

El 1 de noviembre de 2011 fue la última vez que el Banco Central de Bolivia (BCB) realizó el ajuste al tipo de cambio, bajando de 6,97 a 6,96 bolivianos y desde entonces hubo estabilidad. Este precio se mantiene de manera oficial, pero en el mercado paralelo, el tipo de cambio paralelo se nueve todos los días y en la mañana de este viernes se cotizaba en 18,15 bolivianos la compra, según el portal Bolivian Blue.

El economista German Molina explica que un dólar tan elevado tiene sobre todo un impacto negativo para los once millones de habitantes del país, porque afecta a los ingresos.

Como la gente maneja bolivianos, la moneda se deprecia y el costo de vida sube y las personas cuando salen a la calle a realizar sus transacciones y compras, observan que los precios suben de manera continua. “Como las familias dependen de un ingreso fijo, no llegan a cubrir sus necesidades básicas”, puntualizó.

El alza del dólar, también afecta, indicó al sector empresarial, sobre todo medianas, pequeñas y empresas chicas, porque esto eleva su estructura de costos y reduce sus márgenes de ganancia. Pueden subir sus precios, pero los consumidores dejan de comprar bienes y servicios y esto tiene sus impactos en la producción y la actividad económica se va desacelerando.

El tercer efecto, de acuerdo con Molina, es que el tipo de cambio ya no es un señalizador de la economía. Antes, cuando esto se encontraba respaldado por las divisas y las Reservas Internacionales Netas (RIN), permitía confianza en la economía y garantizaba estabilidad macroeconómica.

Ahora, los agentes económicos y la gente deben tomar sus decisiones bajo su criterio y observando lo que ocurre con el tipo de cambio paralelo. “Los compradores buscan precios bajos, y los vendedores trabajan con precios atrasados que son la de los productos que compraron antes y los actualizan, con precios presentes y los precios futuros, es decir aumentan con la perspectiva de que más adelante subirán por efecto del dólar”, subrayó.

La consecuencia, dijo, hay incertidumbre y falta de confianza en el sistema cambiario, todo se mueve en función al mercado paralelo y se genera una distorsión de precios. “Esta situación y el alza del dólar, va a persistir mientras no se tomen medidas adecuadas y siga la convulsión”, puntualizó.

Comercio exterior

Molina sostuvo que con el movimiento en el tipo de cambio paralelo, hay algunos ganadores como son los exportadores que son los principales generadores de ingreso de divisas.

Por eso es que desde el IBCE se pide liberar las restricciones y fomentarse más la venta de productos bolivianos al exterior.

El economista Gonzalo Chávez explicó que el dólar aumenta de precio porque a nivel estructural el sector más importante de la economía, hidrocarburos, dejó de generar los dólares necesarios, ya que de 6.500 millones de dólares que se exportaban de gas, en 2014, ahora solo ingresan 1.500 millones de dólares.

Segundo, el país sigue registrando déficit comercial por la caída de las exportaciones y mayores importaciones. En los primeros dos meses, esta brecha negativa llega a casi 400 millones de dólares. Tampoco hay grandes flujos de inversión extranjera directa y los préstamos están paralizados en Asamblea Legislativa.

A esto se suma que hay una mayor demanda de dólares del sector privado y público, y también un mayor requerimiento de la divisa con fines especulativos por la incertidumbre política, económica y social.

“Como hay inflación, suben los precios, la gente demanda dólares para preservar valor de sus ahorros y cuando hay incertidumbre política y social, la gente también se refugia en el dólar”, remarcó.