Autonomías, marchas indígenas y socialismo


Tito Pedro Reynaga V.

cidob_indigenas_bolivia ¿Qué sentido tiene la marcha indígena organizada por la CIDOB? ¿Qué, la campaña de descalificación instrumentada por el gobierno del MAS en contra de sus líderes, intelectuales amigos y su afán por meter a USAID y el imperio en el baile?

1.



Las autonomías indígenas no son compatibles con la economía socialista, centralmente planificada -como dije ya varias veces antes-. Cuya instauración en Bolivia es objetivo y razón de ser del gobierno masista, espontáneamente declarado: socialista comunista marxista leninista. Éste, es un régimen de economía que funciona bajo un mando único, que planifica y ejecuta un órgano del gobierno central, como el Gosplan en la difunta URSS. El que con sus previsiones conduce la actividad económica del país, decidiendo por toda la población el qué, cómo y para quién producir. Un sistema que, además, requiere de un poder central que obligue a toda la población (en condición de mano de obra) a trabajar según las previsiones del plan. Se trata de un tipo de economía que ve al país entero como una única empresa. Donde, naturalmente, el gobierno asume la función de patrón empresario, mientras los demás, todos, terminamos reducidos sin alternativa a la condición de empleados.

Este régimen excluye la autonomía, sea cual fuere esta. Porque autonomía significa potestad de decisión sobre la economía de la región o ámbito autonómico. Con las autonomías no sólo manda el gobierno central, sino cada gobierno autonómico. Lo que puede dar lugar a la dispersión de objetivos, métodos, estrategias, esfuerzos y uso de los recursos. Algo inaceptable y del todo incompatible con UN PLAN DE DESARROLLO NACIONAL. Un problema, que lo tienen muy claro los asesores responsables de la política del gobierno, conocedores de la experiencia y métodos cubanos y soviéticos como son.

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2.

Entonces, ¿por qué el gobierno masista incluye en la nueva Constitución las autonomías indígenas? Según se ve, ocurrió que al no poder oponerse al fuerte movimiento por la autonomía departamental (de la "media luna"), aplica como estrategia, diluirla entre varias autonomías disputándole potestades y espacios, en un escenario dominado por el imperio de un poder central omnímodo. Por eso, el MAS, inventa la autonomía regional y, asume para sí la propuesta autonómica indígena -una autonomía planteada como autodeterminación indígena-. Cuyas banderas toma al verle un gran potencial para desarrollar la imagen indígena del gobierno. La imagen que tan buenos frutos le ha dado. De ahí que, de su rechazo, pasa a postularla activamente, terminando por incluirla en la nueva CPE, a pesar de ir en contra de su proyecto socialista comunista.

Lo hace, al parecer, en la idea de ir ajustando la carga en el camino. Tal cómo de hecho está sucediendo ahora, por medio de las leyes llamadas estructurales y otras disposiciones administrativo financieras. Cosa que puede hacer, cuando tiene ya los dos tercios del legislativo, dominados el poder judicial, el tribunal constitucional y el electoral, como anulada la oposición y asustados a los medios de comunicación independientes.

Condiciones y poder que gana con las banderas de la autonomía indígena. La misma que hoy no quiere ya reconocer. Aunque, hablando con propiedad, no es que no quiera, lo que pasa es que no puede, porque implica ir contra su proyecto socialista. El que ahora, justamente, se está disponiendo a poner en marcha aceleradamente, antes de que le agarre la descomposición de la economía y el desprestigio, como está ya sucediendo en Venezuela con el gobierno socialista de Chávez.

3.

El problema es grave, para el gobierno y el movimiento populista internacional. Y no tiene salida aceptable para ellos. Porque, o se deshace del proyecto socialista comunista, o se deshace de las autonomías, incluidas la indígena, universitaria, etc. Contraposición ante la cual optan por aceptar las autonomías con la esperanza de poder someterlas y desfigurarlas reduciéndolas a piezas del gobierno central bajo rótulo autonómico. De ahí que, entre otras cosas, que la ley electoral recientemente aprobada le da potestad al Presidente del Estado de nombrar a un vocal para cada corte departamental, cuando según la CPE, esta debería ser atribución de cada Gobernador en su Departamento, como lo es del Presidente, para la corte nacional. Es la praxis de la desfiguración de las autonomías en la perspectiva de su anulación de hecho. En esa línea es que en Venezuela, Chávez ha iniciado ya la anulación de las autonomías municipales[1] y hace tiempo que sostiene una lucha abierta con las universidades públicas y privadas. Aquí, tenemos a la marcha indígena de la CIDOB, precisamente rechazando la manipulación gubernamental de sus derechos a la autonomía.[2]

4.

¿Qué hacer con los justos derechos de autonomía de los pueblos indígenas? Según la práctica de la humanidad, existen en el mundo países que no sólo que tienen regímenes autonómicos (como España), sino estados federales (como EE.UU.) que han asimilado bien la tendencia a la dispersión manteniendo la unidad y fortaleza del estado federado o fundado en autonomías. O, como Suiza, estado federal multilingüe, que junta tres nacionalidades: alemana, francesa e italiana sin desmedro de su unidad fortaleza y economía.

Y es que son países que han asumido al mercado como forma fundamental de relacionamiento económico, y a la democracia como forma de gobierno. Son realidades donde el mercado ha generado comunidad económica y política sin menoscabo de las diferentes identidades culturales y nacionales, integrando incluso razas que vienen de diversa ubicación socioeconómica. Resultados que se explican, porque en la práctica del intercambio mercantil no cuentan tales diferencias ante la primacía de la compraventa decidida voluntariamente. La que en un marco de competencia da ventaja a ambas partes, fundando referentes de respeto entre comprador y vendedor.

Como se ve, no es la política ni la ideología la que funda comunidad, antes, lo hace el mercado. Ahí está de ejemplo la Comunidad Europea formada entre países enemigos antes, a diferencia de los países que integraban los estados socialistas, cuyas diferencias van generando enfrentamientos y guerras dividiendo países (chechenos, osetios, bosnios, serbios, croatas, etc.). Si estado plurinacional queremos, deberíamos atenernos al mercado, lo demás es más propicio a la división y el enfrentamiento, y en ese proceso ya estamos, camino del socialismo comunista.

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