Cuba exigió a la UE el levantamiento de la "Posición Común", que condiciona las relaciones a los avances políticos en la isla, pero Francia ya rechazó el planteo, lo que bloquea un acercamiento pues la modificación debe ser votada por consenso.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, no consiguió arrancar ayer al canciller cubano, Bruno Rodríguez, concesiones para convencer a sus homólogos europeos de la conveniencia de abolir la Posición Común de 1996, que los Veintisiete revisarán el lunes en Luxemburgo, y que condiciona las relaciones entre la Unión Europea (UE) y La Habana a las reformas políticas y al respeto a los derechos humanos en la isla.
"Francamente, no hemos presentado ningún proyecto particular", fue la respuesta de Rodríguez a la pregunta de si tenía nuevas ideas para facilitar que la UE cambie su política hacia Cuba. Moratinos se vio obligado a reconocer que "siguen existiendo algunas diferencias, en una voluntad de acercar posiciones".
Moratinos y Rodríguez se reunieron a primera hora de la mañana en la residencia del embajador español en París. El encuentro supuso la reanudación del diálogo político entre la UE y el régimen castrista, después de que se suspendiera la reunión prevista el pasado 6 de abril en Madrid, debido a la muerte en huelga de hambre del disidente Orlando Zapata.
En el encuentro el Gobierno cubano reiteró su interés en una cooperación plena con la UE, para lo cual exigió el levantamiento de la "Posición Común", según un comunicado. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, "manifestó la voluntad de Cuba de mantener una relación respetuosa, que obligatoriamente pasa porque la UE reconozca y trate a Cuba en igualdad de condiciones".
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Y agregó: "Reitero que la injerencista y unilateral Posición Común de la Unión Europea hacia nuestro país, constituye el principal obstáculo para la normalización plena de las relaciones".
Según el comunicado, Rodríguez le reiteró a Moratinos el interés de Cuba de cooperar con la UE "sobre bases recíprocas… que incluye además el pleno respeto a la igualdad soberana de los Estados, del marco jurídico y ordenamiento institucional de la Partes, y el total apego al principio de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados".
Sin embargo, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, Christine Fages advirtió inmediatamente tras la reunión que La Habana "no ha hecho los gestos" que la UE esperaba, lo que hace imposible que se produzca un acercamiento. Y eso que Francia no figura en el bloque de países europeos contrarios a flexibilizar la actitud hacia el régimen castrista, que históricamente han integrado Alemania, Suecia y República Checa, entre otros.
"En el marco del diálogo UE-Cuba (las autoridades cubanas) no han hecho los gestos que esperábamos, en particular en materia de derechos humanos y de libertades fundamentales", afirmó Fages. "En esas condiciones, no es posible dar un nuevo paso adelante", sostuvo.
La vocera francesa recordó que la modificación de dicha Posición Común sólo puede adoptarse por consenso de los 27 Estados miembros y recordó que en 2008 Cuba "obtuvo la derogación de las medidas restrictivas de 2003, la reanudación del diálogo político y el restablecimiento de la cooperación europea".
Ayer, la Cámara de Diputados italiana aprobó una serie de mociones en las que se pide al gobierno de Silvio Berlusconi que presione a las autoridades cubanas para que respeten los derechos humanos, con particular atención para los detenidos por delitos de opinión. Los diputados piden que, a nivel bilateral o a través de ONU o la UE, el gobierno logre "el cese de las persecuciones y los malos tratos hacia los disidentes".
El País de Madrid, AFP y ANSA