Olvido. A más de un año de su lanzamiento, en San Ignacio de Velasco no existen muchos rastros del Comando Conjunto del Plata, cuyo fin es luchar contra el separatismo, el narcotráfico y el uso de armas
«La institución recibirá un gran apoyo del Gobierno». Juan Ramón Quintana | Director de la Agencia para el Desarrollo de Zonas Fronterizas
Frontera. En San Bartolo realizan el control de personas y de motorizados desde una casucha con limitaciones. Los soldados no saben nada del Comando Conjunto
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Roberto Navia, El Deber
Comando del Plata se quedó en la fase inicial
Plan. A 14 meses de su lanzamiento, no existen muchos rastros del Comando Conjunto del Plata en San Ignacio de Velasco. Su fin es luchar contra el separatismo, el narcotráfico y el uso ilegal de armas
Lo único tangible que queda del Comando Conjunto del Plata, cuyo inicio de operaciones en San Ignacio de Velasco fue anunciado el 3 de mayo del 2009 por el presidente Evo Morales, es la piedra fundamental que permanece inmóvil entre los barbechos que crecen en un terreno del barrio San Francisco. Ahí mismo fue donde el Gobierno anunció que se iba a construir una sede militar con el fin de combatir el separatismo, el tráfico de armas y el narcotráfico en la extensa frontera con Brasil.
Según se dijo aquel día, el Comando del Plata estaría conformado por las fuerzas Armada, Aérea y el Ejército. Se habló de construir una unidad militar, y los medios de comunicación registraron la entrega de un cheque por $us 500.000, que el Gobierno dispuso para la puesta en marcha de dicho comando. También se supo que cerca de 1.500 soldados llegaron al lugar para sentar soberanía.
En San Ignacio de Velasco, población ubicada a 470 km al este de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, ni el comandante del regimiento Warnes, ni el jefe de la Policía, tampoco autoridades cívicas y los soldados que patrullan en la frontera, peor aún los pobladores tienen conocimiento sobre la labor o los resultados del trabajo del Comando Conjunto del Plata. “No sabemos nada”, coinciden los consultados.
A nivel de Gobierno, el director de la Agencia para el Desarrollo de Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf), Juan Ramón Quintana, dijo que existe un informe positivo sobre la lucha contra el contrabando de combustible que encaró el Comando y que éste será fortalecido y recibirá un gran apoyo del Gobierno y afirmó que en la primera etapa operó con capacidades institucionales relativas.
“A mí no me ha llegado ninguna instrucción específica sobre el Comando Conjunto”, dijo Enrique Pope, que desde hace dos semanas es el comandante del Regimiento de infantería 10 Warnes de San Ignacio.
José Barequí Surubí, el presidente en transición del Comité Cívico de San Ignacio, recuerda que en su momento hubo susceptibilidad por la llegada de tropas para formar parte del Comando Conjunto, puesto que se pensaba que se iba a militarizar San Ignacio. Pero ahora que ha pasado más de un año del anuncio y ya se puede pensar con la cabeza fría, considera que lo que el Gobierno hizo en realidad fue endulzar los oídos del pueblo, puesto que la gente creyó que con el comando iba a llegar el desarrollo y se iban a generar fuentes de trabajo. “Ahora no se sabe nada de eso. La visita del Presidente aquel 3 de mayo fue solamente para la fotografía. Las fronteras están peor”, aseguró.
Barequí lamenta que la inseguridad y la delincuencia no se las estén frenando en seco y que se sigan registrando hechos delictivos que bien podrían ser frenados por el Comando del Plata. Se refiere a los informes de la Felcn, que dieron cuenta de que en los anteriores meses la frontera con Brasil fue subiendo de tono en materia del narcotráfico: en meses anteriores en instalaciones de Umopar, se procedió a la incineración de 10 kilos de cocaína que fue incautada en dos operativos realizados en Ascensión de la Frontera y San Matías. Además, está el caso de una avioneta que aterrizó de manera forzosa fuera de la faja del aeropuerto de San Ignacio, cuyo examen de microaspiración, para saber si traficaba con droga, dio positivo.
Al ex presidente del Comité Cívico, Rony Roca, no sólo le preocupan los delitos relacionados con el narcotráfico, sino también el resguardo de la frontera. “Hay ineficiencia en los controles y falta de logística. Es vergonzoso ir a ver las condiciones en que trabajan nuestros soldados”, alertó.
EL DEBER visitó algunos puntos fronterizos y centros de controles que el regimiento Warnes tiene instalados a metros de Brasil. Marfil es uno de los puestos centinelas que está a tres horas de San Ignacio y a dos minutos del país vecino. Ahí existen 24 soldados que viven en edificaciones sólidas de las 70 construidas por el gobierno de Hugo Banzer, pero que no tienen instalación eléctrica. El agua que beben es bombeada a pulso de un pozo profundo. En la zona no hay señal telefónica y cuando el oficial encargado de la tropa quiere dar parte al cuartel de San Ignacio, tiene que manejar una moto vieja hasta Hora Buena, a 18 km de ahí, donde se puede hablar por un teléfono público comprando una tarjeta que cuesta Bs 15.
La línea limítrofe está a 5 km de Marfil y lo único que divide a Bolivia y Brasil es un rompemuelles de tierra. “Desde aquí ya estamos pisando suelo extranjero”, dice el guía. Cuando el vehículo de EL DEBER pasaba por un camino de arena blanca, ese guía recordó que los traficantes de droga solían ocultar sus mercancías en esa zona para burlar al escaso control policial. En otro punto de la frontera, en San Bartolo, a 125 km de San Ignacio, en un punto avanzado de control, dos policías, ubicados en una precaria caseta de madera, anotan a todo aquel que ingresa y transita por ese camino de tierra. Los uniformados trabajan con esmero, pero uno de ellos teme que en cualquier rato se presente algún problema, puesto que de ser así, dice que no tendría cómo avisar a sus superiores, ya que los celulares aún no se inventaron para ese lugar. En San Vicente, un pueblo que está cerca de San Bartolo hay un puesto policial y en él trabaja el sargento Rodolfo Arancibia, con apenas 15 balas, sin vehículo alguno, y sin comunicación tecnológica.
Otro policía de San Ignacio dice que el año pasado escuchó hablar sobre la instalación de un comando conjunto del que se iban a beneficiar autoridades y ciudadanos. “No volví a saber más del asunto”, dice antes de registrar en su cuaderno de control a un motorizado que llega desde Brasil.
Las versiones
Enrique pope
COMANDANTE MILITAR
Mis hombres se dedican a controlar el contrabando, a la protección de la flora y la fauna, a la seguridad de los habitantes de la frontera y apoyamos en el pago de los bonos a los ancianos y a los estudiantes. El Gobierno está apoyando de forma eficiente en logística, cosa que ninguna otra gestión lo hizo para sentar soberanía en las fronteras.
Francisco Ortiz
Dirigente indígena
La ausencia del Gobierno es lamentable. En lo que va del año se han registrado por lo menos diez denuncias de violaciones a mujeres menores de edad y adultas. Aquí sólo hay tres policías y uno de ellos se ocupa de la tranca que está en la carretera. Ellos viven en una casa que se está cayendo y no tienen ningún recurso para investigar los crímenes.
Juan F. Beltrán
Comandante policial
Aquí hay muchas actividades comerciales y si bien en los últimos meses no se registraron muchos hechos delincuenciales, existen varias deficiencias para poder realizar el trabajo policial. Yo sólo tengo un vehículo y 70 uniformados a disposición, de los cuales 20 están en puestos fronterizos. Aquí, en San Ignacio, tampoco hay una oficina de la Aduana.
«La institución recibirá un gran apoyo del Gobierno»
Juan Ramón Quintana | Director de la Agencia para el Desarrollo de Zonas Fronterizas
-¿Qué información tiene sobre la implementación o resultados del Comando del Plata?
– Hay un informe favorable sobre la lucha contra el contrabando de combustible, pero no tengo los datos precisos. Pero más allá de eso, el comando será fortalecido y recibirá un gran apoyo del Gobierno para que pueda multiplicar su capacidad de control territorial.
– En San Ignacio hay versiones de que es importante el resguardo militar, pero consideran también que no avanzó el Comando del Plata y que eso se ve reflejado, por ejemplo, en que la sede aúnno fue construida
– Con toda seguridad que esa tarea inconclusa la vamos a enmendar. De hecho, están lo recursos. Hemos destinado como 3 ó 4 millones de dólares para construir el Comando, se han entregado vehículos para las unidades y estamos dando la posibilidad de incorporar tecnología, pero eso será en una segunda fase. De aquí para adelante vamos a trabajar de manera más intensa en las deudas que se tienen, como la infraestructura física y tecnología.
-¿Está el dinero en algún depósito para su implementación?
– Tengo la impresión de que no se concluyó adecuadamente el proyecto del diseño final del Comando del Plata. Hubo problemas técnicos. Los recursos están.
-Sobre las tropas, ¿se hará un despliegue cuando esté levantada la infraestructura?
– Tengo entendido de que el Ejército está concluyendo un trabajo sobre el redespliegue de unidades para la región de la Chiquitania, pero no tengo el dato respecto a esta correlación entre infraestructura y personal militar.
– ¿Cuál es la estructura organizativa del comando?
– Es una estructura que tiene la facultad de comandar a la Octava y a la Quinta división, a la Brigada Aérea y Naval de Santa Cruz. Por lo tanto es una estructura jerárquica superior que tiene competencias para que las tres ramas de las FFAA puedan operar simultánea o independientemente, pero bajo el mando del Comando del Plata. Ahora, en esta primera fase, la nueva institución fue asignada al comandante de la Octava División del Ejército, por ser el más antiguo de las tres ramas de FFAA.
-¿Ya operó el Comando o sólo se dio el primer paso para su implementación?
– Yo diría que ha operado con capacidades institucionales relativas, fundamentalmente en la tarea de frenar el contrabando de combustible.
– ¿Fue una labor permanente?
– Todavía hay unidades que están trabajando en el control del contrabando, pero no hay un empleo pleno del Comando del Plata, y éste es relativo.
El delito golpea las puertas
El pueblo amaneció el jueves pasado con la noticia de que la Policía había encontrado un cuerpo con un tiro en la cabeza. El hecho fue registrado en inmediaciones de la circunvalación, una de las zonas más transitables de San Ignacio de Velasco.
En el hospital municipal sólo pudieron informar de que la víctima, aparentemente de nacionalidad brasileña, tenía 35 años, y que en el último tiempo se registró un incremento en las curaciones de personas atracadas y que fueron lastimadas físicamente. El comandante de la Policía, Juan Fernández Beltrán, dijo que en los tres últimos meses hubo por lo menos diez atracos a mototaxistas.
Por otra parte, el Gobierno nacional envió desde La Paz a Johnny Velasco para que se haga cargo de la oficina de Migración en San Ignacio. Con él también llegaron dos policías.
El ingreso de brasileños ha subido como la espuma. Velasco reveló que ese incremento es del 50% y que sólo por la vía legal lo hacen entre 10 y 40 persona al día. Una cifra similar burla los controles de Migración.
Rony Roca, el ex presidente del Comité Cívico y actual candidato a dicha cartera de esa institución, dijo que para frenar la ola delincuencial propone a las autoridades nacionales realizar un censo poblacional y ocupacional en San Ignacio de Velasco para saber cuánta gente extranjera vive e ingresa.