Es de suma importancia, y más para los grupos o personas llamados a liderar las políticas de Estado, tener conciencia y actitud para hacer cualquier tipo de declaraciones que comprometan en cualquier medida nuestros intereses y, más aun, nuestra soberanía.
También es válido aclarar que Bolivia no es el único país que no cuenta con litoral, pues existen varios en el mundo en esa categoría. Sin embargo, es justo agregar que estos países se encuentran en una posición desfavorable.
Naciones Unidas, en su convención sobre derecho del mar, permite a los países sin litoral el acceso sin arancel ni cuotas de paso a los países de tránsito. En el caso de Bolivia, cuenta con libre acceso y tránsito tanto de cargas como de personas en los puertos peruanos de Ilo, Matarani y Callao. También se le concedió una franja denominada la playa boliviana en 1992, que se encuentra desierta.
A todo esto se suma el acceso al mar que tienen por puertos chilenos -Iquique, Arica y Antofagasta- y que ocupan preferentemente a los puertos peruanos.
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En resumen, no existe el tan llamado enclaustramiento; ha habido disposición y facilidad tanto de Chile como de Perú para que Bolivia no sufra del aislamiento que dice tener.
Muy distinto es, y creo que este es el caso, pedir soberanía o reivindicar territorios. Podemos ser muy buenos vecinos, que hagan negocios, ocupen nuestros puertos, nuestras carreteras, líneas férreas, infraestructura, pero de ahí a conceder territorios, hay un mar de diferencia.
La Tercera de Chile (www.latercera.com)