El Reino Unido abrió este lunes con un minuto de silencio la largamente esperada investigación judicial sobre las muertes de 52 personas en los atentados del 7 de julio de 2005 contra el transporte público de Londres. La investigación, que se lleva a cabo en un tribunal del centro de la capital, examinará si hubo fallos en la actuación de la policía y de los servicios de inteligencia antes y después de los ataques suicidas coordinados en tres metros y un autobús público, que dejaron también 700 heridos.
Las audiencias, destinadas a determinar las circunstancias de las muertes, permitirán presentar los testimonios de cerca de medio millar de supervivientes y filmaciones de vídeo inéditas. La juez encargada de la investigación, Heather Hallett, advirtió el lunes acerca de la naturaleza potencialmente “angustiosa” de este material.
Noticias de TV: CNN.