Vargas Llosa y Liu Xiabao


Marcelo Ostria Trigo

Marcelo Ostria Trigo Mario Vargas Llosa, el notable escritor peruano, ha sido galardonado merecidamente con el premio Nobel de Literatura 2010. Sobre la vasta obra de este premio Nobel, se han referido muchas personalidades, con autoridad y profusamente. Los premios otorgados por legado de Alfred Nobel, muchas veces han sido polémicos, especialmente los de Literatura y de la Paz. Las objeciones provienen de los que disienten motivados por sus preferencias, y sienten que otro escritor o personaje merecía más estos galardones; y de otros, menos generosos aún, que rabiosos exponen sus objeciones por las convicciones políticas de los premiados.

El sectarismo ya salió a relucir. Y no habrá, en la intolerancia, muchas menciones a las obras extraordinarias de Vargas Llosa: “La ciudad y los perros”, “La fiesta del Chivo, “Conversaciones en la Catedral”, “La tía Julia y el escribidor” y muchas otras. La crítica a Mario Vargas Llosa será –ya lo es–política, pues no se le perdona que haya señalado la locura de Hugo Chávez y la ferocidad de la dictadura de los Castro, y que no milite en la extrema izquierda o, por lo menos, en la izquierda, a secas.



“La concesión de este premio ha suscitado en todo el mundo un aluvión de reacciones en las que escritores, políticos y personalidades de diferentes ámbitos han manifestado de forma unánime su alegría por este galardón, destacó Efe” (El Universal, Caracas, 08.10.2010), pero “Granma”, el periódico oficial del castrismo, se lanzó al ataque: lo llama el “antinobel de la ética”. Sin embargo, cómo debe haber costado al autor de la nota reconocer que "nadie duda de sus aportes (los de Vargas Llosa) innovadores a la literatura universal desde las letras hispanoamericanas" ¿Una traición del subconsciente?

Lo incontrastable es que Mario Vargas Llosa es digno de este reconocimiento.Pero éste no es caso único de un ganador que no es militante de la izquierda radical. El Nobel de la Paz fue conferido a Liu Xiabao, escritor y filósofo chino, uno de los líderes de los estudiantes de la plaza Tianamen y coautor de la "Carta 08", en la que se aboga por la democratización del régimen chino.

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Pero el premiado no podrá recibir el premio porque está preso.

Thorbjoern Jagland, presidente del Comité Nobel de Noruega –este Comité es el que otorga el premio de la Paz– dijo que galardón le fue conferido a Lui Xiabao "por su larga y no violenta lucha por los derechos fundamentales en China". Habrá caras largas entre las “Madres de Plaza Mayo” de la Argentina, que fueron postuladas a este Nobel de la Paz y no lo ganaron. Hubo, en esa postulación, o mala fe o, simplemente, estulticia. Y esto no porque las venerables ancianas pidan plausiblemente justicia por las desapariciones, los encarcelamientos, las torturas y las muertes de ciudadanos argentinos por sus convicciones políticas, sino porque tan reprobable como esas violaciones es el aliento a la violencia, a la revancha y a la intolerancia.

Ejemplo vívido –entre muchos– del pensamiento terrible de este colectivo de damas argentinas, es el de doña Hebe de Bonafini, su referente: “Sentí alegría. No voy a ser hipócrita, no me dolió para nada", dijo luego del atentado terrorista contra las torres del World Trade Center de Nueva York, aun sabiendo que hubo tres mil víctimas civiles inocentes.“Nunca –Hebe de Bonanini– ocultó su adoración por el cubano Fidel Castro y con la llegada del venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales a las presidencias de sus países, su presencia internacional creció”. Ella, pretendidamente “ícono de la paz, clamó por represión, ‘palos y gases’ al campo” (Perfil.com). ¡Y así esperaba, nada menos, que el premio Nobel de la Paz! Poco les valió a estas Madres de la Plaza Mayo, el aval del discutido juez español Baltasar Garzón, y menos aún del irascible futbolista Diego Armando Maradona.