El Evo anti-verde

AREASEn un nuevo giro de su política, Evo Morales abandona el discurso seudo-ecologista o pachamamista con el que enmascaró su régimen cocalero para asumir un ultra-desarrollismo hidrocarburífero, al calor del paulatino agotamiento de las actuales reservas gasíferas, descubiertas por administraciones anteriores.Lo hace además con su peculiar estilo autoritario, anunciando que “las ONGs ecologistas que perjudiquen la explotación de los recursos naturales se tienen que ir del país” y añadiendo que “el ambientalismo es una estrategia imperial”.Luego de que la exploración de nuevos campos estuviera congelada durante los nueve años de su gobierno, debido sobre todo a la incertidumbre por los repetidos cambios en el marco normativo sectorial (aparatosa “nacionalización” luego de que la Ley del IDH ya había mejorado significativamente la renta estatal), se busca ahora una exploración acelerada o, mejor dicho, desesperada.Esta urgencia va de la mano del carácter rigurosamente rentista del modelo económico evista, que ha apostado por la mono-producción bloqueando la diversificación, al interferir el libre desarrollo del agro cruceño.Premura que amenaza con llevarse por delante todo cálculo o prevención razonable de impacto ambiental, poniendo en riesgo a nada menos que 22 parques nacionales y áreas protegidas de Bolivia…[email protected]